Un monumento arquitectónico cajamarquino en riesgo

La iglesia San francisco es uno de los monumentos arquitectónicos coloniales más importantes de Cajamarca, que a diario recibe decenas de visitantes; sin embargo, con el pasar del tiempo su infraestructura ha ido deteriorándose y hoy necesita mantenimiento.

El párroco Marco Antonio Quinteros Tinoco nos cuenta que la iglesia San Francisco es un monumento a la arquitectura, y caminar por sus pasillos es como volver hacia el pasado, pero en este caminar hoy se puede encontrar varios problemas como por ejemplo que algunas bloquetas del piso ya se están levantando, situación que muchas veces puede dejar una impresión negativa en los visitantes.

Sobre las causas del por qué se levanta el piso, el religioso dijo que tiene dos hipótesis. Una de ellas, es que el terreno sobre dónde se edificó esta iglesia fue una especie de cementerio, y por ello el suelo no es sólido e incluso debajo de las bloquetas levantadas habría cadáveres.

Otra de las hipótesis, es que por debajo del templo existen canales de agua subterráneos y esto estaría afectando a la cimentación, por ello el suelo se humedece rápidamente.

A decir de Carla Díaz, directora regional de Cultura de Cajamarca, no descartó ninguna de las hipótesis, por ello un equipo de especialistas realizó una inspección a fin de determinar las causas sobre el levantamiento del piso.

Sin embargo, el párroco Marco Quinteros dijo que el piso no es el único problema, porque el techo también presenta filtraciones, las que se notan fácilmente en las bóvedas. Ante esta situación la municipalidad provincial y el Gobierno Regional de Cajamarca se comprometieron en disponer un presupuesto para reparar las deficiencias que presenta la infraestructura, pero hasta el momento no se concreta.

Ubicación

La iglesia San Francisco está ubicada en la Plaza de Armas de Cajamarca, la cual tiene una historia interesante, fue terminada de construir en el año de 1579, y después de 108 años la demolieron y su reconstrucción fue en el año 1699, bajo la advocación de San Antonio de Padua.

Por: Luis Asencio

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