El Nobel de Literatura señaló que Miguel Grau es un ejemplo de dignidad y decencia pese a las circunstancias o situaciones de barbarie como la Guerra del Pacífico.
El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, afirmó que el Caballero de los Mares Miguel Grau, es un ejemplo ante el mundo de que aún en las peores situaciones de barbarie, como lo fue la Guerra del Pacífico, se puede mantener la decencia y la dignidad.
En amplia entrevista grabada con TV Perú desde Piura, donde precisamente fue condecorado con la medalla que lleva el nombre del Héroe de Ángamos, el autor de El sueño del celta dijo que en el caso de Grau, su heroísmo en real y no inventado, y debe ser un orgullo para todos los peruanos.
“La guerra es una actividad en la que sale lo peor del ser humano (…) y Grau es uno de esos casos bastante excepcionales que demuestra que incluso en ese mundo de barbarie (…) uno puede mantener la decencia, la dignidad, la solidaridad humana”, subrayó.
Agregó que la manera cómo se comportó con el adversario chileno, es algo “que nos llena de admiración”.
“Recibir una condecoración que lleva el nombre de Grau no solo es un reconocimiento, sino también es un mandato de decencia, de dignidad”, destacó.
Dijo que muchos países inventan héroes para insuflar patriotismo, por lo que terminan siendo ficciones.
No obstante, en el caso del héroe de la Guerra del Pacífico, que enfrentó a Perú y Chile en el siglo XIX, fue realmente una persona extraordinaria, fuera de la común, no solo en guerra, sino también en su vida privada y cívica.
En la entrevista con la televisora estatal desde Piura, lugar donde pasó varios años de su niñez, y es escenario de varias de sus novelas, el escritor peruano dijo que no tiene mucha experiencia de vida en el campo, que le gusta la ciudad, y que básicamente es un hombre urbano.
“En realidad soy un ser absolutamente urbano, la ciudad me hace falta, no digo que me gusta el cemento, pero sí me gustan las bibliotecas, los cines”, afirmó.
“No concibo la vida completamente aislado, aunque sea un paisaje idílico y maravilloso, a mi me hace mucha falta la ciudad y creo que eso es visible en todo lo que he escrito, porque las historias que yo cuento son urbanas, muy citadinas, vinculadas a la experiencia urbana”, señaló.
Vargas Llosa también recordó con cariño su vida adolescente en Piura, donde escribió y llevó a escena su primera obra de teatro, La huida del inca, cuando aún era un estudiante de secundaria.
ANDINA
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