Artista Plástico, es el autor de la pintura mural que se extiende a lo largo de 50 metros de longitud en la avenida El Sol y retrata en varias escenas la historia de la ciudad del Cusco.
El alcalde de la municipalidad provincial, Carlos Moscoso Perea, rindió hoy un homenaje póstumo, a Juan Bravo Vizcarra, autor de la pintura mural que describe la historia de la antigua capital de los incas, en la céntrica avenida El Sol.
El destacado artista plástico, dejó de existir el sábado 23 de enero, a los 98 años de edad, en una clínica particular, señalaron sus familiares.
Sus restos son velados en el salón Ollantaytambo del Centro de Convenciones, lugar donde diversas personalidades, así como la población cusqueña, le dan el último adiós, a un hombre que amo inmensamente al Cusco.
Historia:
Juan Bravo Vizcarra, es el autor de la pintura mural que alcanza los 50 metros de longitud por seis metros de alto en la avenida El Sol del Cusco y, “fue ejecutado en nueve meses, ni un día más ni menos, como demora el ser humano en venir al mundo” según relató el autor en vida a la producción de RPP Noticias.
“El mural representa la historia del Cusco desde la prehistoria hasta nuestros días. Cada personaje tiene las vestimentas y atavíos propios de cada época, nos relató el autor, enfatizando que en alguno de ellos se tomó licencias en su representación, mostrando a Pachacútec como personaje central debajo del Dios Inti (Sol).
El mural tiene varias escenas, nos explicó el autor,durante el diálogo que sostuvimos. La primera se inicia con las culturas anteriores al Tahuantinsuyo, donde se muestra como los hombres domesticaban auquénidos,comos las alpacas, y la siembra de cultivos andinos como quinua, oca, frutas. Aqui tambien destaca invención del fuego y el dominio de los metales y la piedra. La escena concluye con la presencia de los cuatro hermanos Ayar, fundadores del Incanato, que “son cuatro parejas con distintas habilidades y oficios”.
El segundo cuadro (nos explicó Juan Bravo Vizcarra), presenta el desarrollo de la civilización Inca, con escenas de la construcción de puentes de paja bravía con el tránisto de caravanas de llamas, el trabajo de tallado y traslado de piedras gigantescas, el dominio de los cerros con la edificación de andenes y los grandes avances en medicina como las trepanaciones de cráneos, realización de grandes ceremonias como el Inti Raymi y otros.
El tercer cuadro del mural de la historia del Cusco muestra “la llegada de los españoles, con banderas, estandartes del rey de España, simbolizado por un centauro, mitad caballo y mitad guerrero español, con armadura de hierro.
“La iglesia está representada por un cura dominico de rostro adusto, apareciendo también los ‘alanos’, perros cruzados con mastines que solo comían carne humana”, expresa su autor. En esta escena también están representados -entre otros- el inca Garcilaso de la Vega, el obispo Mollinedo y Angulo y el pintor mestizo Diego Quispe Tito; además de escenas de torturas", nos explica.
La siguiente escena, si uno sigue la secuencia, muestra el levantamiento en Tinta del precursor José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, y la tortura del que fue víctima con cuatro caballos.
Bravo Vizcarra explica que “los cuatro son centauros que representan a la corona española, a la iglesia, a la fuerza militar y a los terratenientes”, mostrando además al dios K’uychi (Arco Iris) que con su cabellera enlaza la siguiente escena que es el paso a la Independencia y la República.
Posteriormente cuando uno recorre la escena pictórica, observará como se muestra a los precursores, entre ellos al cusqueño Agustín Gamarra, que fue prefecto de Bolívar, los primeros días del Perú independiente con sus nuevas industrias, el avance de las artes y oficios, finalizando con una ronda de niños de todas las clases sociales y etnias que "prometen forjar un Cusco desarrollado y próspero", según contó el artista Juan Bravo.
“El mural cierra un Inkari, es decir el renacer majestuoso de una cultura, que con pecho en alto se alzará victoriosa en una época futura”.
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