Como dicta la tradición, decenas de personas acompañados de sus “calaveritas” escucharon misa en el cementerio del distrito de Chongos Bajo.
Decenas de pobladores del distrito de Chongos Bajo acudieron como todos los tres de noviembre para escuchar misa en el cementerio del lugar, acompañados de las “calaveritas” de sus familiares.
Las mujeres cuentan que sus familiares cuidan sus casas, por lo que le ponen piedritas en sus cajitas para que arrojen a los malhechores, además, les advierten sobre personas sospechosas y hacen bulla en sus viviendas para ahuyentar a los delincuentes.
Consultadas sobre el origen de los cráneos, las mujeres indican que no son exactamente las cabezas de sus familiares, sino, cráneos que se encuentran después del fallecimiento de un allegado, acogiéndolo como miembro de la familia.
El ritual que se ha convertido en todo un atractivo turístico concita la atención de los turistas y visitantes quienes miran con asombro como las mujeres, cuidan a sus familiares vistiéndolos con gorras de lana y ofreciéndoles cigarro y coca.
Tras escuchar la eucaristía, las mujeres envuelven con cariño a sus familiares y se despiden hasta el siguiente año.
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