Monseñor José Antonio Eguren eligió a doce ciudadanos venezolanos para la representación del símbolo de lavado de los pies en la misa de Jueves Santo.
La celebración de Semana Santa en Piura tuvo como invitados principales de la misa de Jueves Santo a los ciudadanos extranjeros asentados en esta ciudad y que buscan abrirse campo tras salir de su país por la crisis que atraviesan.
El arzobispo metropolitano de Piura y Tumbes, monseñor José Antonio Eguren Anselmi, eligió a doce de ellos para que escenifiquen el acto simbólico de lavado de pies que hizo Jesús a sus discípulos en la Última Cena, y que fue una prueba más de su humildad y servicio a los demás.
“Toda nuestra vida cristiana debe ser un servicio y Jesús lo ha querido señalar de una manera muy expresiva en el lavatorio de los pies, donde el amor se expresa en el servicio concreto, porque amor sin servicio es un amor vacío. Con el lavatorio de los pies Jesús nos recuerda que los cristianos estamos llamados a servir. Cada vez que comulgamos nos comprometemos a servir y no a ser servidos”, acotó el monseñor Eguren.
El arzobispo piurano también señaló que con el lavado de los pies a los venezolanos “quiero expresar lo que nos pide el Papa Francisco: A que no tengamos miedo al extranjero, sino más bien crear una sociedad donde nadie lo sea. Por tanto sepamos acogerlos y ayudarlos con amor y solicitud. Roguemos insistentemente a Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, para que en estos momentos mantenga viva la esperanza en ese pueblo hermano”, acotó.
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