Ministerio Público dispuso su retorno a Tilali, en la frontera con Bolivia para ilustrar cómo presuntamente "arrancharon" la droga a familia de Juliaca.
La fiscalía especializada de tráfico de drogas dispuso el retorno de los seis narcopolicías al distrito de Tilali, en la provincia de Moho (región Puno), donde el martes último se les capturó en posesión de 23 paquetes de droga que iban a ser comercializados con narcotraficantes de Bolivia.
Es así que volvieron a la escena del delito el ex jefe del Departamento Antidrogas (DEPANDRO) , comandante Sandro Salinas Pinto; el capitán PNP, Juan Martín Chávez Briones, el brigadier, Santos Peñalba Portugués; el sub oficial de tercera, Roy Carbajal Villalba y el brigadier en retiro, Horacio Canaza Tizando y Ángel Dueñas.
Son siete diligencias las que se realizaron la tarde del miércoles para la reconstrucción del presunto “arranche” de la droga, hallándose indicios comprometedores en el hotel “Eterno Vallecito “donde los imputados recogieron los paquetes de droga para llevarlos hasta la frontera.
Según la fiscalía el comandante Sandro Salinas Pinto intento eludir su responsabilidad con una papeleta redactada el día de su intervención, asimismo la realización de llamadas telefónicas habría sido fundamental para la captura de los implicados.
Durante la reconstrucción, el cuartelero de referido hotel reconoció al capitán Juan Chávez y a los suboficiales Santo Peñalba y Horacio Canaza, quienes ingresaron a una habitación para sacar costales donde estaba la droga que quitaron a una mafia juliaqueña.
Siguiendo con el procedimiento, se conoció que en los exteriores del hotel aguardaba el ex jefe de la Depandro junto a un vehículo, para luego cargas la droga; sin embargo, estos narcopolicías no esperaban que el rastreo de las llamadas telefónicas también les jugaría en contra.
Entretanto, también se conoce que Teófilo Canaza Tisnado ya se recuperó del impacto de bala que recibió durante la intervención, mientras que Canaza Tisnado permanece internado en la cama 1 del área de cirugía a del hospital Carlos Monge Medrano, con un fuerte resguardo policial.
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