Los constitucionalistas Herber Campos y Aníbal Quiroga consideraron que la cuestión de confianza planteada por Aníbal Torres incumple lo establecido por el Tribunal Constitucional y advierten que tendría motivos políticos.
El abogado constitucionalista Herber Campos precisó que la cuestión de confianza planteada por Aníbal Torres refiere a un proyecto de ley que es competencia propiamente del Congreso. Asimismo, consideró que el Ejecutivo no está facultado para interpretar las decisiones del Legislativo.
"La ley 31355 que regula las cuestiones de confianza señala que estas no pueden versar sobre procedimientos y competencias exclusivas y excluyentes del Congreso. En la medida que esta cuestión de confianza versa sobre un proyecto de ley que solo podría ser aprobado por el Congreso impacta entonces contra esta ley 31355; es decir, cruzaría uno de los límites para la cuestión de confianza. Pero hay quienes sostienen que en realidad la aprobación de una ley presupone la intervención del Ejecutivo", dijo en La Rotativa del Aire de RPP.
"Creo que el Congreso tiene, en esta ley 31355, una herramienta muy poderosa para rechazar la cuestión de confianza. Esa norma establece, en una de sus disposiciones, que en ningún caso, bajo ningún supuesto, se puede aceptar como dable que el Ejecutivo interprete el sentido de la decisión adoptada por el Congreso", agregó.
En esa misma línea, el constitucionalista Aníbal Quiroga confirmó que la decisión de aprobar o desestimar la confianza es prerrogativa del Parlamento.
"La ley que está vigente dice que la cuestión de confianza no se puede plantear de esta manera y que, en todo caso, la aprobación o negación es facultad del Congreso, no del Poder Ejecutivo. A pesar de eso, el primer ministro insiste con plantear esta cuestión de confianza", señaló en Central de Informaciones de RPP.
Escenarios Posibles
Para Aníbal Quiroga, el Legislativo tendría que aceptar la propuesta de Torres Vásquez para luego someterla a una calificación, ya que, según el constitucionalista, esa es su prerrogativa.
"Creo que el Congreso debería aceptarle la confianza, tramitarla y el país en general no debería asumir que esa calificación debería darse por el Poder Ejecutivo, ya que la calificación la da el Congreso. Respetamos eso y esperamos a la sentencia del Tribunal Constitucional. Entonces no estaríamos en el camino de la disolución del Congreso. El Congreso tiene que dar muestras de valentía, de fortaleza frente a un intento de ir a su disolución, porque ello implicaría ir a una Asamblea Constituyente", mencionó.
Herber Campos coincidió con esta postura y agregó que, luego de aceptarla, tendría que declarar que la norma es inconveniente.
"Hay cuatro escenarios: el primero es que apruebe la cuestión de confianza y se avoque a discutir esta iniciativa en la Comisión de Constitución y concluya que esta norma es inconveniente. El siguiente escenario es que el Congreso rechace la cuestión de confianza de manera plena y sostenga que no comparte en absoluto el planteamiento del Ejecutivo. El tercer escenario es que, con base en la ley 31355, el Congreso considere que esta cuestión de confianza es improcedente y que diga que no es competencia del Ejecutivo hacer cuestión de confianza respecto a iniciativas legislativas. Y un cuarto escenario es que el Congreso, eventualmente, eleve una demanda competencial para que el Tribunal Constitucional precise los alcances de la cuestión de confianza a la luz de esta ley 31355, que fue aprobada el año pasado y que el Tribunal validó de alguna manera con su sentencia de febrero de este año", puntualizó.
Motivos políticos
Herber Campos puntualizó que se está haciendo una tormenta en un vaso de agua, ya que las reformas constitucionales pasan necesariamente por el Congreso.
"Estamos haciendo una tormenta en un vaso de agua. Esta ley, 31399, sobre la cual se ha hecho cuestión de confianza, prácticamente repite lo que ya señala la Constitución en el artículo 206. Es decir, que la reforma de la Constitución pasa necesariamente por un pronunciamiento del Congreso, ya sea por una votación con mayoría absoluta y luego un referéndum o ya sea con una votación calificada en dos legislaturas consecutivas(...). El Congreso, me parece, en un celo excesivo, lo que hizo fue señalar de manera precisa en la Ley de participación y control ciudadano que efectivamente la reforma constitucional no puede ser sometida, sin la intervención previa del Congreso, a referendum", mencionó.
Aníbal Quiroga, mientras tanto, consideró que se trataría de un pretexto para una posible disolución del Congreso, pues luego de dos negaciones de confianza se podría dar esta situación.
"En principio, toda ley puede ser derogada por el Congreso. Pero esa ley ha sido aprobada por insistencia, porque el Poder Ejecutivó la observó y luego la llevó al Tribunal Constitucional. El Ejecutivo está incumpliendo lo que dice el Tribunal, a pesar de que lo llevó ante su fuero. Ahora pretende adelantarse para intentar derogarla. Pero me parece que esto es un pretexto para forzar de mala manera la cuestión de confianza, forzar la renuncia del gabinete, que el primer ministro se vaya, dejando una bomba, y con la cuenta 1 a 0 en contra del Congreso. De esta manera tendríamos en la noche un nuevo gabinete e iría 1 a 0 hacia la disolución del Congreso. Como se sabe, con dos negaciones de confianza o con dos censuras el presidente podría disolver el Congreso. De hecho el premier ha adelantado que cualquier actitud que tome el Congreso de no admitir esta cuestión de confianza lo van a tomar como un rehusamiento", finalizó.
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