Según información proporcionada a RPP, el suboficial FAP Víctor Ariza Mendoza (45) denunció que oficiales, asignados a vigilarlo desde el 2007 lo pusieron sobre aviso y lo extorsionaban.
El suboficial FAP Víctor Ariza Mendoza (45), procesado por el delito de traición a la patria, denunció que un capitán y un mayor de la Fuerza Aérea, asignados a hacerle seguimiento desde el 2007, lo extorsionaban.
Según información proporcionada a RPP, Ariza Mendoza ha aceptado su responsabilidad y firmado una confesión, pero no quiso revelar con quiénes trabajó en Perú para llevar a cabo el espionaje por encargo de Chile.
Sin embargo reveló los nombres de dos oficiales de inteligencia de la FAP, que ya son comprendidos en el proceso, y que -según dijo- fueron asignados a vigilarlo desde el año 2007. Al contrario, el procesado por traición a la patria, acusó a un capitán y un mayor de haberlo extorsionado.
En su versión, Ariza Mendoza refiere que una vez que sospecharon de él, encargan hacerle seguimiento, pero en vez de ello lo que hicieron fue ponerlo sobre aviso y exigirle más bien que compartiera los envíos de dinero para permitirle seguir con el trabajo ilícito.
Según testimonio de compañeros de trabajo, Víctor Ariza era un agente de inteligencia que alcanzó su más alta graduación dentro del cuerpo se suboficiales de su especialidad.
Lo describen como un excelente agente, considerado modelo dentro de su departamento.
Según información proporcionada a RPP, Ariza Mendoza ha aceptado su responsabilidad y firmado una confesión, pero no quiso revelar con quiénes trabajó en Perú para llevar a cabo el espionaje por encargo de Chile.
Sin embargo reveló los nombres de dos oficiales de inteligencia de la FAP, que ya son comprendidos en el proceso, y que -según dijo- fueron asignados a vigilarlo desde el año 2007. Al contrario, el procesado por traición a la patria, acusó a un capitán y un mayor de haberlo extorsionado.
En su versión, Ariza Mendoza refiere que una vez que sospecharon de él, encargan hacerle seguimiento, pero en vez de ello lo que hicieron fue ponerlo sobre aviso y exigirle más bien que compartiera los envíos de dinero para permitirle seguir con el trabajo ilícito.
Según testimonio de compañeros de trabajo, Víctor Ariza era un agente de inteligencia que alcanzó su más alta graduación dentro del cuerpo se suboficiales de su especialidad.
Lo describen como un excelente agente, considerado modelo dentro de su departamento.
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