La inclusión de Podemos Perú parece haberse hecho en detrimento del Partido Morado que tiene menos congresistas pero más puntos programáticos en común con los otros partidos centristas.
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Tres semanas después de las elecciones y antes de la proclamación de los congresistas electos, cuatro partidos han firmado un acuerdo de gobernabilidad que desde ya les asegura la Mesa Directiva: Acción Popular, Alianza para el Progreso, Somos Perú y Podemos. La Mesa Directiva está integrada por un presidente y tres vicepresidentes, por lo que el Acuerdo se ha limitado a cuatro bancadas, que reunidas superan la mayoría absoluta de escaños, es decir 66. La inclusión de Podemos Perú parece haberse hecho en detrimento del Partido Morado que tiene menos congresistas pero más puntos programáticos en común con los otros partidos centristas.
Algunas versiones dan cuenta de la dificultad para lograr acuerdos con un partido que desde los embrollos de su líder ha perdido iniciativa a la vez que multiplica sus voceros oficiosos. Otras señalan que los partidos de la actual mayoría han preferido dosificar su grado de acercamiento al gobierno, por lo que Podemos ofrecía una mayor garantía de independencia. Puede ser, lo que es seguro es que Podemos nos retrotrae al triste recuerdo de partidos con líderes cuestionados, como es el caso de José Luna Gálvez, fundador de Podemos, así como Daniel Urresti, sometido a un proceso judicial por el crimen del periodista Hugo Bustíos en 1989. Los voceros del acuerdo cuatri-partito han señalado que están abiertos a otras adhesiones e incluso Fuerza Popular, incapaz de presentar candidatos viables, podría respaldar la fórmula que se presente para ocupar la Mesa Directiva. UPP y Frepap, se hallan al margen del acuerdo, mientras que Frente Amplio postula una lista monocolor encabezada por Rocío Silva Santisteban.
Uno de los puntos de polarización del Congreso disuelto fue la educación, como confirma la agenda de los partidos más recalcitrantes contra el gobierno, los mismos que obtuvieron magros resultados en las elecciones pasadas: APRA, Solidaridad y Contigo. Lo recuerda también la censura de los ministros Saavedra y Martens, y las diatribas flamígeras a propósito del enfoque de género. Por eso importa destacar el artículo del ex-ministro Daniel Alfaro en El Comercio. Bajo el título de Mejores peruanos, siempre, Alfaro comienza recordando que el presupuesto en educación se duplicó desde el 2012, aunque nuestra inversión por alumno siga siendo menor que otros países de la región. De la misma manera, aunque las remuneraciones han aumentado en 50% en los últimos cuatro años, la profesión sigue estando a la cola de los sectores públicos. Alfaro afirma que hay que “despercudir la agenda educativa de los intereses mercantilistas en contra de la reforma educativa y de los ataques ideológicos que tergiversan el enfoque de género”. La lista de los retos comienza con la anemia y continúa con la educación por competencias, el aumento de horas en la secundaria, la atención a la diversidad y la reducción de brechas de infraestructura física y emocional.
Sobre el gasoducto
Por su parte el ingeniero Humberto Campodónico consagra su columna de La República a un tema que inevitablemente se ubicará en el centro del debate público: el gasoducto del Sur. Campodónico sostiene que el hecho de que hayan habido indicios de corrupción en su licitación no es argumento en su contra. Refuta también dos razones que se suelen invocar: no hay reservas suficientes y no hay demanda que justifique la inversión más elevada de la historia de nuestro país. Campodónico desmiente a los que leen mal documentos oficiales del ministerio de Energía y Minas, puesto que la supuesta no existencia de reservas es solo consecuencia formal de que la construcción del Gasoducto haya sido paralizada. En la realidad, no han desaparecido las que se registraron el 2016. Puesto que el ingreso al mercado interno de más gas natural tendrá impacto en el sur y consecuencias sobre otros sectores económicos (como las empresas de electricidad) habrá que tener cuidado antes de repetir sin sustento técnico que el Gasoducto es un elefante blanco.
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