Fuerza Popular y el espectro político, por Fernando Carvallo [COLUMNA]

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De acuerdo a un uso que remonta a la Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa, las posiciones políticas se definen según un espectro que va desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha.

Los diputados sentados en las curules ubicadas en la izquierda del hemiciclo eran partidarios de los cambios introducidos por la Revolución, mientras que en la derecha se sentaban los que defendían el orden tradicional de una sociedad desigualitaria.

Es así como el concepto de “izquierda” deja de asociarse con lo “siniestro” para encarnar los valores del progreso, la libertad y la igualdad. Quizás por eso la palabra que usamos en castellano, “izquierda”, procede del vasco o alguna otra lengua prerromana.

Los adjetivos “extrema”, “ultra” o “radical” han tenido sin embargo una connotación negativa, cercana al fanatismo y al dogmatismo, que con frecuencia desembocan en la violencia. Aunque desde el siglo XVIII han existido partidos que han rechazado la denominación convencional, el espectro izquierda-derecha sigue sirviendo de referencia para ubicarse en el mapa político de la mayoría de países del mundo.

En un comunicado publicado ayer, el grupo parlamentario de Fuerza Popular reprocha el “sabotaje” que habría impedido adelantar las elecciones generales. Para el fujimorismo ese sabotaje ha sido ejercido a la vez por congresistas de “extrema izquierda” y de “derecha radical”.

Lo que significa que Fuerza Popular se percibe a sí misma como alejada de los dos extremos, lo que suele significar que uno se ubica en el Centro. Hay países donde existen partidos que se autodenominan de Centro. No es el caso en el Perú de hoy.

Pero quizás la eventualidad de elecciones anticipadas pueda llevar a redescubrir las virtudes de la moderación y en consecuencia a preconizar cambios sin que ellos pongan en riesgo las virtudes de la democracia y las del desarrollo económico.

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