En periodos electorales es cada vez es más frecuente que los ciudadanos estén expuestos a noticias falsas y contenidos de desinformación, que se comparten generalmente en redes sociales. Sin embargo, ¿qué sucede cuando son los actores políticos quienes difunden estos contenidos y promueven discursos polarizantes? En este informe de El Poder en tus Manos te explicamos cuál es el papel y la responsabilidad que tienen los políticos frente a estos hechos.
Las campañas de desinformación en periodos electorales se han convertido en un fenómeno cada vez más frecuente en el mundo. En los últimos años, la difusión de este tipo de contenidos se ha extendido a través de las redes digitales y se ha potenciado con el uso de la Inteligencia Artificial generativa, ocasionando que los ciudadanos estén más expuestos a interactuar con publicaciones de noticias falsas o carentes de sustento.
¿Qué sucede cuando son los actores políticos quienes difunden estos contenidos y promueven discursos polarizantes? ¿Tienen alguna responsabilidad por la información que comparten en sus plataformas?
En diálogo con El Poder en tus Manos, Mario Riorda, especialista en comunicación política (Argentina), sostiene que los procesos de desinformación en periodos electorales tienen "una escala industrial" detrás que busca promover el contenido falso para influir en la opinión pública, pero también poseen "una escala humana en términos de responsabilidad política y ética" y que está relacionada a los actores de interés que comparten estas ideas o publicaciones.
"El gran drama que produce la desinformación no es que desinforme a la totalidad de una sociedad en un momento dado, sino que radicaliza las posturas. Es evidente que las redes sociales promueven esto, pero también las grandes voces políticas son las que instalan gran parte del proceso de desinformación", precisa.
Mario Riorda participó días atrás en la Conferencia Internacional de Conflictividad Electoral en América Latina y el Caribe, actividad realizada a fines de octubre y que fue organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Unión Europea (UE).
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¿Qué responsabilidad tienen los políticos ante la desinformación electoral?
Para el experto en temas electorales Óscar Matutti los actores políticos y los líderes de opinión, al ser figuras visibles ante la ciudadanía, tienen una gran responsabilidad a la hora de difundir o respaldar contenido polémico o carente de sustento. Precisa que el apoyo que brindan a la información falsa "puede facilitar la propagación de rumores que comprometen la integridad electoral y afecta la confianza en el proceso democrático".
"Tienen una responsabilidad ética y social importante en tiempos electorales, especialmente cuando su influencia puede moldear a la opinión pública. Estos actores deben abstenerse de difundir información no verificada y, en cambio, comprometerse a promover un diálogo informado y basado en hechos", sostiene.
Por su parte, el analista político Enzo Elguera considera que a quienes difunden contenido falso o desinformación se les podría atribuir responsabilidad, según ciertos aspectos legales.
"Si es que se miente, se califica, se manchan honras, por supuesto se pueden hacer denuncias ante el propio Ministerio Público y ante todos los órganos competentes (...) Su responsabilidad cae en que los actores políticos y líderes de opinión influyen sobre la opinión pública. Cuando hay desinformación de parte de estos miembros lo que hacen es causar confusión, miedos, polarización de la elección", indica.
Desinformación y la necesidad de una autocrítica
La desinformación y los discursos radicales durante las campañas electorales pueden llevar a consecuencias graves, como la desconfianza en las instituciones, la fragmentación social, la desinformación del votante o la posibilidad de violencia, precisa Matutti.
Otro aspecto que podría ocurrir cuando un actor político difunde contenido falso en contra de su rival es que reciba "ataques" de este personaje con más publicaciones o discursos de desinformación, sostiene, por su parte, Enzo Elguera.
Ambos expertos coinciden en que debe haber una autocrítica por parte de los políticos o líderes de opinión cuando promueven este tipo de "información" y se detecta que es falsa o que carece de sustento.
"Es necesaria una autocrítica porque esto es fundamental cuando estos actores difunden contenido falso. Asumir el error y corregir la información refuerza la confianza pública y demuestra un compromiso con la transparencia. Además, la autocrítica fomenta una cultura de responsabilidad y puede actuar como disuasión ante la repetición de conductas similares", opina Óscar Matutti.
"Desde la crítica destructiva no se gana una elección. El electorado está esperando que haya un liderazgo y para que este exista tiene que haber una crítica analítica, constructiva, ponderada, pero, sobre todo, generar valor agregado", refiere por su parte Enzo Elguera.
Frente a corrientes de desinformación y noticias falsas, los especialistas consideran que los ciudadanos deben verificar las fuentes que difunden estos contenidos y corroborar la data con cuentas oficiales y medios de comunicación con estándares de verificación, sobre todo si hacen referencia a candidatos o eventos políticos.
Finalmente, consideran que el hecho de que la población analice "con escepticismo" el tipo de información que recibe, sobre todo si un mensaje parece exagerado o polarizante, podría ser el primer paso para cortar la cadena de desinformación que suele inundar las redes sociales en periodo electoral.
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