Recordemos por qué los comicios del próximo 26 de enero tienen esta categoría y qué condiciones especiales tendrá el nuevo Congreso electo.
Elecciones
Proceso electoral extraordinario
El proceso de elecciones del próximo 26 de enero es también llamado “extraordinario” porque se produce tras la disolución del Congreso de la República que el Ejecutivo decretó en setiembre pasado.
Pero esa no es la única particularidad. Su característica principal tiene que ver con el tiempo de funcionamiento del nuevo Congreso, que será de un año. Además, siendo “extraordinarias”, estas elecciones solo se aplican al Parlamento y no a la presidencia de la República, como se prevé constitucionalmente.
Así lo explica la abogada constitucionalista Violeta Bermúdez Valdivia. “El periodo en funciones del nuevo Congreso que se elegirá a finales de enero de 2020 irá desde su instalación en marzo de ese mismo año hasta el 26 de julio del año 2021, oportunidad en que asumirán los nuevos congresistas elegidos para el siguiente periodo parlamentario”.
Bermúdez precisa que este Congreso temporal no podrá ser disuelto si es que rechaza cuestiones de confianza del Gobierno.
“Será muy difícil que se niegue la confianza a dos consejos de ministros, básicamente por cuestiones de tiempo, dado que la Constitución señala expresamente que no puede disolverse el Congreso en el último año de su mandato”, señaló la especialista.
Las funciones de los nuevos congresistas elegidos serán las mismas que debían cumplir los anteriores.
“El nuevo congreso tiene todas las prerrogativas que le reconocen la constitución y las leyes. por lo tanto, los y las congresistas que sean elegidos deberán cumplir con las funciones legislativas, de representación y de fiscalización que les corresponden”, precisó Bermúdez para este informe.
Recuerda que el Congreso anterior solo fue disuelto y no cerrado. Actualmente, 27 ex parlamentarios siguen trabajando en la Comisión Permanente, que servirá de transición para el nuevo Parlamento electo.
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