En el 2023 la democracia peruana fue evaluada por organismos extranjeros, los que advirtieron que la sociedad en nuestro país sí cree en el sistema democrático, pero se encuentra descontenta con su estado actual. El poder en tus manos recogió la voz de la ciudadanía, sus opiniones y propuestas desde las regiones para fortalecer la democracia.
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Las voces que recogimos sobre democracia y diálogo en regiones durante el 2023
El 2023 ha sido un año donde el estado de la democracia peruana fue evaluado por organismos internacionales, y los resultados no fueron los más alentadores. En febrero, un estudio de la revista The Economist ubicó al Perú en el grupo de países con “régimen híbrido”, es decir, un modelo de gobierno que se caracteriza por sus formas democráticas, pero con elementos autoritarios en la conducción de sus instituciones.
Según el estudio, la calidad de la democracia peruana descendió. Después de estar por un tiempo en el grupo de los países con "democracia deficiente", The Economist bajó al país a la escala de régimen híbrido, sobre todo después del fallido golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo y el inicio de la gestión de la presidenta Dina Boluarte, argumentando que este proceso estuvo marcado por las protestas ciudadanas que exigían la renuncia de la segunda, las cuales dejaron un saldo de 20 personas fallecidas (al momento del cierre del estudio de la publicación citada); y que pasado el tiempo, finalmente llegó hasta 67 víctimas mortales producto de los enfrentamientos con las fuerzas militares y policiales, según la Defensoría del Pueblo.
Además, esta calificación de The Economist responde al bajo puntaje alcanzado en materia de cultura política y a la alta inestabilidad política reflejada en los seis presidentes y tres Congresos que desde el 2016 han regido los destinos del país; entre otros elementos.
Por otra parte, se publicó el Latinobarómetro, encuesta que en los primeros meses del año midió el desarrollo de la democracia, la economía y la sociedad en su conjunto en 17 países de Latinoamérica, usando indicadores de opinión pública. Este reveló que en América Latina sólo el 48% apoya a la democracia como sistema de gobierno. Este porcentaje significa un retroceso de 15 puntos porcentuales, ya que en el 2010, el respaldo era de 63%.
En el Perú, en tanto, el estudio señaló que el apoyo a la democracia como sistema de gobierno es de 50%. Sin embargo, cuando el Latinobarómetro analizó el nivel de satisfacción de los ciudadanos con su democracia actual, el Perú encabeza la lista de los países con más insatisfacción con su democracia, con 91%.
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En este escenario, El poder en tus manos de RPP, recogió las voces de ciudadanos y ciudadanas en distintas regiones del país. Las preguntas planteadas fueron '¿qué es la democracia? y ¿consideras que en el Perú existe democracia?'
Desde Iquitos, la respuesta de uno de los ciudadanos fue la siguiente: “no existe [la democracia] y eso lo sabe todo el mundo. Ya no queda nada de la democracia que pensaba que había”.
En Andahuaylas, Apurímac, sucedió algo similar. Ante la misma interrogante un ciudadano respondió: “bueno, con los poderes políticos que solamente manejan cierto grupo, [la democracia] no existe en el país”.
“Yo creo que no", afirmó, por su parte, una ciudadana de Arequipa. "Actualmente, con todos los asesinatos que ocurren, con todo lo que está haciendo el Congreso, con la representante [presidenta de Gobierno] el pueblo se ha pronunciado y no la quiere en el poder; para mí eso es autoritarismo y, por tanto, no hay democracia”.
¿A qué se debe este descontento? El analista político Alain Alanoca, desde el Cusco, pone énfasis en que las autoridades políticas son elegidas para asegurar el ejercicio pleno de los derechos de la población y evitar que sean vulnerados. Pero esto, en la actualidad, no sucede. “En los últimos años hemos vivido tiempos de crisis, de inestabilidad, de desempleo... lo que hace que la ciudadanía perciba como poco útil a la democracia. Y esto está ligado a la legitimidad que tienen nuestras autoridades en su función de ser los puentes capaces de poder canalizar los problemas de esa misma ciudadanía y ofrecerle soluciones. Con un escenario así, es difícil pedirle al ciudadano de a pie que apueste por la democracia cuando no se siente reflejada en ella, cuando siente que sus derechos son vulnerados diariamente”, indicó el analista.
Propuestas ciudadanas
Identificar el problema siempre es un paso importante, pero proponer soluciones es fundamental. En busca de respuestas, El poder en tus manos salió a las calles de Cusco, Lambayeque, Madre de Dios y Tacna para preguntarle a los peruanos: ¿qué harían para hacer del Perú un país más democrático? Entre las respuestas surgieron propuestas más que interesantes.
Desde Cusco propusieron que se impulse educación financiera y política en los colegios para que las nuevas generaciones sepan hacer frente a problemas fundamentales en la sociedad. Una propuesta similar expuso un ciudadano de Lambayeque, quien recalcó que se debe explicar a los estudiantes, desde el nivel primario, qué es la democracia, la tolerancia y el comportamiento, además de “saber elegir”.
En Madre de Dios un ciudadano expresó su deseo de tener una mayor participación en la formulación de proyectos de ley a través de un contacto más cercano con sus representantes en el Congreso; mientras que, desde Tacna, recalcaron la necesidad de que “gente preparada y capacitada” entre a la gestión pública y se inhabilite a los candidatos con procesos judiciales.
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Para el politólogo Fernando Tincopa las respuestas dadas por los ciudadanos en regiones reflejan deseos y frustraciones de personas que aspiran a que el sistema cambie, pero “sin saber el mecanismo por el cual mejorar”. Muestra de ello, precisa, son los comentarios de las personas sobre que los políticos “deben pensar más en el país que en sus [intereses] personales” o “que la democracia debería ser algo que se enseñe y genera conciencia”.
“Todas esas cosas, si bien son importantes y valiosísimas, son el tipo de propuestas a largo plazo que pueden quedar muy en lo abstracto si es que no se aterriza con una conexión a la realidad que implique, por ejemplo, impulsar reformas políticas”, señaló a RPP.
Para Soledad Escalante, socióloga y docente de filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, las propuestas de los peruanos consultados por RPP reflejan desencanto con la clase política que parece no escucharla.
“Estas manifestaciones ciudadanas son importantes pero, sobre todo, demuestran que existe un porcentaje de la población peruana que sí está interesada en mejorar, que sí está involucrada en hacer que este país democráticamente hablando crezca y pueda tener también solidez institucional, donde la corrupción no sea un mandato que está presente en todo lo que hacemos”, expresó.
Para alcanzar los objetivos comunes que lleven al desarrollo social y económico del país, se requiere el diálogo permanente de la población con sus autoridades, y que estas atiendan sus demandas sin distinciones. Éste es un ejercicio complejo de consolidar, pero es necesario empezar a trabajar de verdad en él.
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