Sobre las críticas por la hora de emisión de dicho fallo -en la madrugada de un jueves santo- señaló que la administración de justicia "no es mediática".
El presidente del Jurado Electoral Especial (JEE) Lima Centro 1, Manuel Miranda, defendió el fallo que declaró improcedente el pedido de exclusión en primera instancia de la candidata presidencial Keiko Fujimori, y atribuyó las críticas a ese fallo a las "demasiadas suspicacias" existentes al respecto.
Sobre las críticas por la hora de emisión de dicho fallo -en la madrugada de un jueves santo- señaló que la administración de justicia "no es mediática".
Explicó que el objetivo fue tratar por igual a todos los pedidos de exclusión, sea de candidatos presidenciales o al Congreso.
"Es demasiada suspicacia de los medios y la ciudadanía, lo que nosotros quisimos fue atender todos los casos por igual", afirmó, tras negar que haya existido alguna premeditación para favorecer a Fujimori.
Sobre los argumentos de la resolución, Miranda dijo que estos se basan netamente en la resolución 196-2016 del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la cual resolvió la exclusión del candidato César Acuña.
Según explicó, al no haber un reglamento al respecto, el fallo es una interpretación jurisdiccional del artículo 42 de la nueva Ley de Organizaciones Políticas, que sanciona la entrega de dádivas en proceso electoral.
Indicó que esta interpretación del JNE es "restrictiva" y dispone que la exclusión de un candidato por esta causa solo debe ser impuesta siempre y cuando se encuentre acreditada la conducta prohibida con medios idóneos.
En ese sentido, refirió que en el caso de Keiko Fujimori no se acreditaron pruebas para demostrar que ella entregó directamente el dinero,y que ese dinero proviene de su peculio o del partido.
Igualmente, precisó que tampoco pudo acreditarse que el dinero haya sido dado a través de un intermediario, lo cual implica una orden directa del candidato.
Sobre la naturaleza no proselitista del evento de Factor K, refirió que la actividad empezó y terminó como un concurso de baile, a pesar de la presencia de propaganda electoral y candidatos, por lo que hay una duda si verdaderamente se trata de un acto proselitista.
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