El historiador peruano Paulo Drinot dio su análisis de lo ocurrido en las elecciones con Keiko Fujimori, la victoria de PPK y el rol de Verónika Mendoza.
Paulo Drinot, historiador peruano, aseguró que el Perú tiene como gran reto "explicar y entender el fujimorismo". En diálogo con el diario El País de España, el especialista analizó la naturaleza política, social e ideológica del partido de Keiko Fujimori, así como la victoria de PPK y la irrupción de Verónika Mendoza y la izquierda como actores electorales.
La naturaleza fujimorista. "Keiko Fujimori ofreció satisfacer la demanda de seguridad y desarrollar una política de miedo, en cierto modo. Un elemento importante del fujimorismo es el mito del cholo emprendedor: un self made man, pero con una dimensión racial que refleja la estructura de clase racializada peruana, donde la élite era blanca. El mestizo que se 'iguala' gracias a su esfuerzo es una figura muy útil para el fujimorismo porque pone el énfasis en el esfuerzo personal: no plantean que el Estado o la sociedad ayude a que las personas superen sus exclusiones o se replantee la estructura social jerarquizada, sino que el éxito viene del esfuerzo personal. Es un discurso neoliberal que proviene del gobierno de Alberto Fujimori y ha calado fuerte en un sector importante".
Entender el fujimorismo. "El gran reto para las ciencias sociales es entender el fujimorismo. No hemos hecho el esfuerzo de estudiarlo y es un gran error porque no hemos podido explicar el fenómeno en estas elecciones y en el transcurso de los últimos 20 años. Está claro que el modelo del clientelismo tradicional no es suficiente para generar ese voto".
La diferencia entre Keiko y PPK. "Según Michel Foucault, el poder soberano se enfoca en disciplinar los cuerpos y establecer control sobre las poblaciones y el territorio; el poder gubernamental, en cambio, busca proteger la población, mejorarla. Keiko era el poder soberano, y Pedro Pablo Kuczynski, con los otros grupos que terminaron apoyándolo, representaban más un proyecto gubernamental porque buscaba cambiar la sociedad para que mejore".
El rol de la izquierda. "La elección partía con la idea de que en el Perú no había izquierda. Se está comenzando a romper ese sentido común porque se ha constituido el Frente Amplio. Y en la segunda vuelta la idea era que ese partido no podía endosar el voto, pero no es tan así. Cuando Verónika Mendoza apoyó a Kuczynski, la situación empezó a cambiar sorprendentemente de un día para otro".
Un Perú dividido. "Hace varias elecciones que el sur vota por el antisistema, pero esta vez no (sino que votó contra el fujimorismo). Eso es un cambio interesante. El otro clivaje que analistas como Alberto Vergara han planteado es la costa y el norte: donde los beneficios del modelo económico son más claros, y la conflictividad del modelo extractivista no se manifiesta de la misma manera, lleva a un voto más claro hacia el fujimorismo"
Problemas a futuro. "Las desigualdades de a clase y económicas son muy grandes, pero también hay diferencias regionales con una costa que se ha beneficiado del crecimiento económico y otras partes del país que no. El país ha tenido un proceso de crecimiento económico innegable, pero la riqueza y las prácticas de consumo ponen de relieve las diferencias que siguen existiendo. La crisis económica de los ochenta y el impacto del conflicto armado tuvieron el efecto de igualar al país, las personas tenían un referente común. Ahora el país avanza en direcciones distintas y en velocidades distintas".
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