El analista y jefe de Prevención de Corrupción de Defensoría del Pueblo, José Requena, explicó en RPP Noticias cómo toma la gente la corrupción en el país.
Las recientes vinculaciones de la clase política del país en actos de corrupción ha generado una crisis que afectó a las principales instituciones del Estado, desde la Presidencia con la renuncia del expresidente Pedro Pablo Kuczynski hasta el Parlamento, donde varios congresistas están envueltos en investigaciones por sus nexos o por negociaciones bajo la mesa.
El jefe del Programa de Ética Pública, Prevención de la Corrupción y Políticas Públicas de la Defensoría del Pueblo, José Carlos Requena, aseguró este lunes que actualmente existe antipatía por parte de la ciudadanía respecto de la corrupción que se genera en las esferas de poder.
En declaraciones a Conexión de RPP Noticias, Requena consideró que existen indicadores que demuestran que la corrupción es uno de los problemas más importantes y que incluso en algunos casos es más importante que la inseguridad ciudadana. Ante esto comentó que si bien es desalentador tener esta percepción lo positivo es la reacción de la gente.
“Cada vez hay más antipatía ante estos hechos y los medios de comunicación son muy importantes en evidenciar estos comportamientos inadecuados que están teniendo los funcionarios públicos. Un punto a favor es que algunos de estos casos ya están siendo judicializados o están siendo materia de una investigación fiscal, cosa que no se veía en los 90”.
Participación ciudadana
Sin embargo, Requena dijo que si bien la sociedad peruana puede percibir con antipatía la corrupción, históricamente ha sido pasiva y esperó a otros movimientos desde esferas como la Sociedad Civil, o las instituciones autónomas como la Defensoría del Pueblo para evidenciar y trabajar al respecto. Según explicó esto quedó evidenciado en la caída del régimen de Alberto Fujimori.
“Lamentablemente la sociedad peruana históricamente no ha sido tan activa, el propio caso del derrocamiento de Alberto Fujimori en el año 2000, yo creo que tuvo que ver más con problemas en la elite que con los movimientos sociales alrededor de esto. La marcha de los 4 suyos no fue determinante para que cayera el régimen, fue importante sí, pero no determinante”.
Responsabilidades
Comentó además que los políticos deben darse cuenta de esta situación para poder realizar el cambio correspondiente, antes de que se pueda resquebrajar la institucionalidad.
“Creo que estamos en un momento muy difícil, pero va a depender de la responsabilidad de los actores políticos hasta dónde llegue esto. Porque si los actores políticos siguen siendo tan insensibles a las demandas de la ciudadanía, sin duda podemos llegar a un desenlace absolutamente incierto”.
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