El 5 de abril de 1992, en un mensaje a la Nación, el expresidente disolvió el Parlamento y acusó trabas para lograr las reformas que proponía. La dictadura había sido instaurada.
Era la noche del domingo 5 de abril de 1992. Algunos rumores advertían días antes sobre la posibilidad de una medida radical del presidente, sin embargo esta tomó por sorpresa al país. Alberto Fujimori apareció en cadena nacional y anunció, en un mensaje a la Nación, la disolución del Congreso y la reorganización del Poder Judicial.
"A la inoperancia del Parlamento y corrupción del Poder Judicial se suma la evidente actitud obstruccionista y conjura encubierta contra los esfuerzos del gobierno por parte de algunas cúpulas partidarias (...) con el único interés de bloquear las medidas económicas que conduzcan al saneamiento de la situación de bancarrota que precisamente ellas dejaron", dijo el entonces mandatario.
El mensaje. En medio del descalabro económico y con Sendero Luminoso causando estragos, Fujimori se apoyó en el descontento popular para tomar el control de los poderes del Estado. "Sin lugar a dudas ni el Parlamento ni el Poder Judicial son hoy agentes de cambio, sino que frenan a la transformación y al progreso", comentó durante el mensaje.
Tras explicar las razones, explicó las urgentes medidas que tomaría. Era el inicio de la última dictadura que vivió el Perú. "He decidido tomar las siguientes trascendentales medidas: primero...disolver, disolver temporalmente el Congreso de la República hasta la aprobación de una nueva estructura orgánica del Poder Legislativo que se aprobará mediante un plebiscito".
Las otras medidas. También dispuso la reorganización total del Poder Judicial, Consejo de la Magistratura y el Ministerio Público, para erradicar la corrupción, según su mensaje. Luego, los militares tomaron las principales calles y edificios públicos y el trabajo de la prensa para informar fue impedido.
En las calles, la medida tuvo una recepción extraordinaria. Un 71% de los peruanos estuvo de acuerdo con el quebrantamiento del orden democrático. Con el apoyo popular, Fujimori logró mantener su propósito y una nueva etapa en la historia del Perú fue escrita.
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