El silencio de Dina Boluarte [INFORME]

"Estos pendientes que me los he puesto hoy día y este collar, ¿saben de qué marca es? Unique".

Probablemente esa sea la frase que más recordamos tras la última conferencia que dio la presidenta Dina Boluarte el pasado 5 de abril, por la tarde, luego de rendir su testimonio ante la Fiscalía de la Nación por el caso Rolex. 

Hace más de un mes que la presidenta del Perú no responde a los periodistas. Como ocurría durante el gobierno del expresidente Pedro Castillo, la escolta oficial evita de diversas maneras que los reporteros se acerquen a ella cuando acude a alguna actividad pública, lo que hace prácticamente imposible plantearle preguntas.

Además, tras el inicio de una investigación fiscal en su contra por presunto enriquecimiento ilícito, omisión de consignar declaraciones en documentos y cohecho pasivo impropio, todos vinculados al origen de relojes de alta gama y artículos que cuestan miles de dólares, la primera presidenta del Perú redujo considerablemente sus actividades fuera de Palacio de Gobierno.

Por ejemplo, antes del allanamiento en su casa de Surquillo, la recargada agenda presidencial marcaba destinos como Cajamarca, Trujillo, Piura, Ucayali, Arequipa y Loreto como escenarios de actividades oficiales. Sin embargo, desde el último 7 de marzo, fecha en la que la jefa del Estado inauguró colegios en Ancash, solo salió de Lima el 19 de abril para entregar títulos de propiedad en La Libertad junto a su aliado político César Acuña.

Según el director del Observatorio Regional de 50+1, Paulo Vilca, el temor al rechazo popular, su débil aprobación, las investigaciones en su contra y una amistad cómplice con el Congreso son la razones por las que la casa de Pizarro es la zona de confort de Dina Boluarte.

"Una presidenta que no tiene respuesta política a cuestionamientos, una presidenta que ha perdido el control y paciencia, debe ser una autoridad que encuentra en palacio de gobierno y el aislamiento y protección una suerte de fantasía de seguridad", analiza.

Desde el Ejecutivo se intenta frenar las alertas sobre el silencio de la presidenta nombrando a Fredy Hinojosa como vocero del Despacho Presidencial, portavoz que anunciará las actividades diarias de la mandataria. 

Mientras tanto, en el gabinete Adrianzén insisten en dar por zanjado el caso Rolex. Lo cierto es que después del 5 de abril, día de la conferencia presidencial, a la fecha se ha dado a conocer información nueva y relevante vinculada a las costosas joyas que lucía la mandataria

Parte de esas nuevas informaciones es la versión de unos aretes con brillantes, valorizados en mas cinco mil dólares, que compró Wilfredo Oscorima el 22 de junio de 2023, para horas después ingresar a Palacio de Gobierno y, coincidentemente, al día siguiente, la mandataria firmó un decreto de urgencia por 66 millones de soles para el gobierno regional de Ayacucho. 

Además de las investigaciones a Dina Boluarte, su wayki, como ella misma llamó al gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, pasó de calidad de testigo a investigado por el delito de cohecho pasivo impropio, dentro del caso Rolex.

La consultora en comunicación política Sandra Guerra considera que, lejos de hacer olvidar los cuestionamientos, el silencio presidencial expone la debilidades del gobierno.

"El silencio tiene un límite cuando ya no hay mas cartas que mostrar. El silencio estratégico te puede hacer ver derrotado pero cuando tienes la victoria en las manos, el silencio debe significar y en este punto el silencio evidencia, complica y expone la mentira", sostiene.

La presidenta Dina Boluarte registra su pico más bajo en aprobación tras el escándalo por el Caso Rolex. Según la ultima encuesta de Datum Internacional, para el Diario El Comercio, solo el 7% de la ciudadanía aprueba su gestión y, sin embargo, ella confía en sus amistades parlamentarias.

"Este gobierno que no tiene bancada en el Congreso pero que tiene grandes amigos en las bancadas, no somos un gobierno débil, somos un gobierno que estamos construyendo", dijo la mandatario.

Pero nada está escrito cuando se habla de relaciones con el Congreso, según estima la periodista y analista Diana Seminario.

"Yo también creo que es un gobierno débil. La señora puede estar tranquila por ahora pero esas mismas bancadas que ahora la apoyan, y que ella dice que son sus amigos, en cualquier momento eso se puede revertir", advierte

Y ya que hablamos de los padres de la patria, el presidente del Congreso, Alejandro Soto, también lleva su propia cura de silencio. Él tiene más de 8 meses sin brindar declaraciones a la prensa sobre su gestión o sobre un parlamento que tiene 86% de desaprobación, según algunas encuestadoras. 

A pesar del alto rechazo a su gestión, la presidenta de la República y el titular del Poder Legislativo prefieren seguir adelante sin dar explicaciones a la población a través de la prensa y proyectando la imagen de una aparente alianza hasta el 2026.