Facebook ha anunciado su divisa transaccional “Libra”, pensada como un sistema de ahorro, gasto y envío de dinero mediante múltiples negocios y plataformas, pero de manera sencilla. Hay algunas consideraciones sobre la moneda que debes conocer.
1. Es una moneda transaccional. A diferencia de las “criptomonedas” como Bitcoin, la moneda de Facebook es transaccional, y no responde – en teoría - a cambios drásticos de valor en el mercado de divisas. Es como “dinero de Disney”, con el que puedes convertir tu moneda local a una que puedas utilizar en la plataforma.
2. Libra “Blockchain” y Libra “Reserve”. Hay dos condiciones a entender en el proceso de la moneda de Facebook. Primero, la seguridad en la transacción de cada “libra” en el sistema debe estar garantizada. Por eso, el sistema se basa en “Libra Blockchain”, un sistema de código abierto con el que se pueden desarrollar aplicaciones distintas. Todo proceso es rastreable y monitoreado en bloque, pero no bajo el modelo múltiple del “blockchain” regular que se administra bajo múltiples bloques. Aquí es uno solo, pero basada en árboles distintos.
Para evitar que Libra sea tan o más volátil que Bitcoin o Ethereum, debe estar respaldada con activos reales. Si bien la moneda puede fluctuar en base a la oferta y la demanda, los activos e inversiones de las empresas que están detrás de la divisa permitirán darle confort a la tasa cambiaria. Incluso los intereses obtenidos por la reserva en sus inversiones serán reinvertidos para los gastos operativos, controlar las tarifas de transacción y pagar a los fundadores de la iniciativa.
3. No la administrará siempre Facebook. La mayor preocupación que tenía respecto a la noticia fue la omnipresencia de Facebook – y sobre todo de Mark Zuckerberg – sobre esta moneda. Sin embargo, la Asociación Libra es la encargada de dotar de monitoreo constante los flujos económicos de esta moneda.
Es una institución sin fines de lucro en Ginebra, Suiza, integrada por empresas de peso en temas financieros: Mastercard, Paypal, Payu, Stripe, Visa, Booking Holdings, eBay, Facebook/Calibra, Farfetch, Lyft, MercadoPago/MercadoLibre, Spotify, Uber, Iliad, Vodafone, Anchorage, BisonTrails, Coinbase, Xapo, Andreessen Horowitz, Breakthrough Initiatives, Ribbit Capital, Thrive Capital, USV, Creative Destruction Lab, Kiva, Mercy Corps y Women’s World Banking.
La idea es que, tras un año de gestión, Facebook deje de administrar el sistema y le permita a la entidad funcionar de manera autónoma y regular el flujo comercial de “Libra” y el ingreso de terceros al blockchain
4. Hay diferencias con Bitcoin. Si ponemos ambas divisas juntas, podrían ser primas hermanas. Sin embargo, las criptomonedas que conocemos suelen ser más volátiles y su precio suele ser especulado con mayor agresividad. Comparten, eso sí, el mismo control por bloque. Un factor que las distingue, y es donde radica la importancia de Facebook como motor detrás de la idea, es la simpleza de uso.
Casi siempre, las billeteras de criptomonedas son muy lejanas al usuario final. Hoy, cualquier persona no tiene acceso simple a herramientas y gestión de este tipo de monedas digitales, pero con un método muy parecido al de enviar un mensaje de texto seguramente el interés por usarla crecerá.
5. Libra y Calibra. Si “Libra” es la moneda, “Calibra” es la billetera. Esta será la aplicación que administra nuestros fondos, y desde el que dispondremos nuestro saldo. Para pagar o recibir, tendremos un código asociado a nuestra billetera “Calibra”.
Este producto, submarca de Facebook, permitirá integrar a tus contactos de Messenger y WhatsApp en las operaciones, además de incluir aplicaciones para iOS y Android. “Calibra” busca ser una especie de “banco sin banco” para los 1700 millones de personas que no están insertadas en el sistema bancario.
En otros países, especialmente en África del Este, es muy común utilizar el teléfono como medio virtual de pago, ya sea por SMS o por código QR. Además de estos métodos, “Libra” integrará la posibilidad de transferir mediante las plataformas digitales de Facebook, haciendo más simple la transferencia entre personas y entidades.
6. Pago de servicios y transferencias. En teoría, la conversión a Libra soportará transacciones con servicios de terceros. Si quieres pagar Uber, tu cuenta de Spotify, tu recibo de teléfono o cualquier servicio disponible, lo podrás hacer desde tu cuenta de Facebook, WhatsApp o tu billetera virtual “Calibra”, siempre que las empresas y negocios permitan el uso de esta moneda. Seguramente Facebook buscará fidelizar a los negocios del mundo con este pago simple, incluso para pagar campañas publicitarias en la plataforma.
7. Comisiones. Sí, habrá un costo de comisiones, generados por la transferencia y la tasa cambiaria propia del sistema financiero. No hay más detalles sobre el costo de estas comisiones, pero la Asociación Libra invertirá fuertemente en el control de este costo.
8. El dinero digital en la siguiente década. Faltaba un empuje efectivo en el uso de monedas digitales. En Perú y otros países, son los bancos los que se encargan de gestionar productos que buscan agilizar en entornos digitales los gastos e ingresos. El grave problema es que son experiencias aisladas de lo que realmente necesitamos: pago de un antojo en la bodega, traspaso sencillo de dinero entre contactos de otros bancos, acceso veloz a ofertas sin salir de redes sociales, uso de efectivo en el extranjero. Ahora, con “Libra” esto ya no tiene límites.
9. Seguridad y privacidad. De acuerdo con Facebook, ningún dato de usuario en la red social será compartido con Calibra. Además, las medidas de seguridad de partners como MasterCard o Visa son un puño, si las comparamos con la miserable capa de control seguro de Facebook. El sistema de blockchain mantendrá el control de cada transacción y las inversiones que los fundadores generen para estabilizar el flujo de cambio en esta moneda dan un poco más de tranquilidad. Pero está Facebook ahí, y eso aun me genera desconfianza.
10. En 2020 sabremos el real impacto de un proyecto ambicioso, que buscará posicionarse como la moneda del mundo a pulso, y ser parte del hábito cambiario de un mundo que sigue buscando la manera de hacer valer su dinero en todos lados.
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