La nave robótica de la Luna entró en órbita lunar con la misión de buscar agua y posibles puntos para el retorno del hombre al satélite natural de la Tierra.
La nave robótica de la Luna, Lunar
Reconnaissance Orbiter (LRO), entró en órbita lunar con la
misión de buscar agua y posibles puntos para el retorno del hombre
al satélite natural de la Tierra.
La inserción de la nave en la órbita ocurrió a las 10.27 GMT, cuatro días después de partir desde el Centro Espacial Kennedy montada un cohete Atlas V, informó el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland.
Antes de entrar en esa órbita, los ingenieros de la agencia espacial estadounidense transmitieron órdenes para que la cápsula ajustara su trayectoria y fuera captada por la fuerza gravitatoria lunar.
"La inserción correcta en órbita lunar es una maniobra crucial", explicó Cathy Peddie, subdirectora del proyecto en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales.
"La misión de LRO solo puede comenzar cuando la Luna nos haya capturado. Una vez en órbita podremos comenzar a reunir la información necesaria para comprender en detalle la topografía lunar, sus características y sus recursos", señaló.
La misión del LRO será explorar los cráteres más profundos de la luna, sus regiones bajo el sol y las que están permanentemente en la sombra y los efectos de la radiación sobre los seres humanos.
También tratará de confirmar la presencia de agua y de elementos minerales que pudieran sustentar durante un tiempo prolongado la presencia del hombre en la Luna.
Para ello la nave girará en torno a la Luna en una órbita de alrededor 50 kilómetros sobre su superficie.
Según informó la NASA, si no ocurren inconvenientes, LRO proporcionará más información sobre la Luna que cualquiera otra misión enviada al satélite natural de la Tierra.
La sonda LRO y la cápsula LCROSS (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite), que le acompañó en la partida desde la Tierra la semana pasada, constituyen la primera avanzada del retorno del hombre a la Luna, previsto para después de 2020.
"La misión nos proporcionará la información que necesitamos para tomar las mejores decisiones respecto a la presencia humana en la Luna", dijo Todd May, director adjunto de la NASA para asuntos científicos.
Aunque tan importante como la de LRO, la misión de LCROSS será de corta vida. Durante los próximos tres meses se mantendrá acoplada a un sector del cohete Atlas V, llamado Centauro.
Al terminar ese lapso LCROSS se separará de Centauro antes de que éste se estrelle contra la superficie lunar a unos 9.000 kilómetros por hora.
Minutos después sufrirá la misma suerte de Centauro, pero en el lapso que transcurra entre ambas colisiones la cápsula transmitirá a la Tierra los análisis del material lanzado al espacio tras la colisión de Centauro.
Ese análisis permitirá determinar la presencia de moléculas de agua y de otros elementos como hidrógeno y oxígeno separados, dijeron fuentes científicas de la NASA.
La doble misión robótica se realiza en un año en que la NASA celebra al 40 aniversario del momento en que, el 20 de julio de 1969, el astronauta estadounidense Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre que pisó la Luna. EFE
La inserción de la nave en la órbita ocurrió a las 10.27 GMT, cuatro días después de partir desde el Centro Espacial Kennedy montada un cohete Atlas V, informó el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland.
Antes de entrar en esa órbita, los ingenieros de la agencia espacial estadounidense transmitieron órdenes para que la cápsula ajustara su trayectoria y fuera captada por la fuerza gravitatoria lunar.
"La inserción correcta en órbita lunar es una maniobra crucial", explicó Cathy Peddie, subdirectora del proyecto en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales.
"La misión de LRO solo puede comenzar cuando la Luna nos haya capturado. Una vez en órbita podremos comenzar a reunir la información necesaria para comprender en detalle la topografía lunar, sus características y sus recursos", señaló.
La misión del LRO será explorar los cráteres más profundos de la luna, sus regiones bajo el sol y las que están permanentemente en la sombra y los efectos de la radiación sobre los seres humanos.
También tratará de confirmar la presencia de agua y de elementos minerales que pudieran sustentar durante un tiempo prolongado la presencia del hombre en la Luna.
Para ello la nave girará en torno a la Luna en una órbita de alrededor 50 kilómetros sobre su superficie.
Según informó la NASA, si no ocurren inconvenientes, LRO proporcionará más información sobre la Luna que cualquiera otra misión enviada al satélite natural de la Tierra.
La sonda LRO y la cápsula LCROSS (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite), que le acompañó en la partida desde la Tierra la semana pasada, constituyen la primera avanzada del retorno del hombre a la Luna, previsto para después de 2020.
"La misión nos proporcionará la información que necesitamos para tomar las mejores decisiones respecto a la presencia humana en la Luna", dijo Todd May, director adjunto de la NASA para asuntos científicos.
Aunque tan importante como la de LRO, la misión de LCROSS será de corta vida. Durante los próximos tres meses se mantendrá acoplada a un sector del cohete Atlas V, llamado Centauro.
Al terminar ese lapso LCROSS se separará de Centauro antes de que éste se estrelle contra la superficie lunar a unos 9.000 kilómetros por hora.
Minutos después sufrirá la misma suerte de Centauro, pero en el lapso que transcurra entre ambas colisiones la cápsula transmitirá a la Tierra los análisis del material lanzado al espacio tras la colisión de Centauro.
Ese análisis permitirá determinar la presencia de moléculas de agua y de otros elementos como hidrógeno y oxígeno separados, dijeron fuentes científicas de la NASA.
La doble misión robótica se realiza en un año en que la NASA celebra al 40 aniversario del momento en que, el 20 de julio de 1969, el astronauta estadounidense Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre que pisó la Luna. EFE
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