La tia de Gavin tipeó por curiosidad el nombre completo de su sobrino en Google y el buscador le devolvió un perfil en Facebook, dandole una esperanza.
Mediante la red social Facebook, Avril Grube se reunió después de 30 años con su hijo Gavin, quien se perdió en el año 1982 cuando tenía 3 años de edad durante una salida familiar al zoológico Blackpool, en el Reino Unido.
En vez de llevar a Gavin al zoológico, tal como había prometido, Joseph Paros secuestró a su propio hijo y, desafiando una orden de la Justicia del Reino Unido que le impedía sacarlo del país, se lo llevó a Hungría.
A partir de allí comenzó una batalla campal y legal. Intervino la embajada británica en Budapest, hubo reclamos antes la sede diplomática de Hungría en el Reino Unido y hasta cartas para que la primera ministra Margaret Thatcher pidiera por el chico. Sin embargo, Avril nunca volvió a saber de su hijo.
Hasta que en octubre pasado, su tía Beryl Wilson tipeó por curiosidad el nombre completo de Gavin en Google y el buscador le devolvió un perfil en Facebook y la sonrisa. Existía una pequeña chance de que fuera su sobrino.
Con más de 200 millones de usuarios y un nombre común las posibilidades se achicaban. Sin embargo, no dudó y le dejó un mensaje. Gavin no era un usuario de Facebook habitual y chequeó su cuenta varias semanas después y respondió con su número de teléfono.
Cuando Beryl le contó a Avril, la mujer estalló de felicidad. En 27 años nunca había bajado los brazos. "Lo único que escuché fue un grito enorme del otro lado del teléfono. Avril no podía creerlo", contó Wilson.
Gavin se subió a un avión y viajó a ver a su madre, de la que no sabía nada hacía casi tres décadas. Avril quedó discapacitada después de un ataque cerebral y no pudo ir hasta el aeropuerto de Gatwick a buscarlo. En su lugar fue su esposo.
"No pude pegar un ojo. Sólo me senté a esperarlo. Y aunque había pasado casi 30 años, lo reconocí de inmediato. Tiene mis ojos", contó la mujer.
"Hijo hermoso". Esas fueron las primeras palabras que Gavin escuchó de su madre. Se quedó quieto, abrumado. Hasta que se abrazaron. "Fue el día más feliz de mi vida y no tengo palabras para describirlo", dijo Avril.
Madre e hijo se las arreglaron para comunicarse, a pesar de que Gavin se había olvidado de casi todo el inglés que alguna vez había aprendido. Y Avril no tuvo tiempo de aprender húngaro.
"Durante años intenté de todo, pero nunca pudimos averiguar qué había pasado con Gavin y su padre", explicó Avril a la prensa británica que hoy publica esta historia.
Durante el reencuentro, Gavin se enteró de que tiene tres hermanos y Avril de que es abuela de tres: Anastasia (10), Tomas (7) y Angelina (6).
Avril pasó años creyendo que su hijo podría estar muerto. Y Gavin nunca olvidó a su madre. Incluso, se volcó a Internet desde 2006 ÂÂtras la muerte de su padre- para buscarla. Tres años después, Facebook hizo el milagro.
En vez de llevar a Gavin al zoológico, tal como había prometido, Joseph Paros secuestró a su propio hijo y, desafiando una orden de la Justicia del Reino Unido que le impedía sacarlo del país, se lo llevó a Hungría.
A partir de allí comenzó una batalla campal y legal. Intervino la embajada británica en Budapest, hubo reclamos antes la sede diplomática de Hungría en el Reino Unido y hasta cartas para que la primera ministra Margaret Thatcher pidiera por el chico. Sin embargo, Avril nunca volvió a saber de su hijo.
Hasta que en octubre pasado, su tía Beryl Wilson tipeó por curiosidad el nombre completo de Gavin en Google y el buscador le devolvió un perfil en Facebook y la sonrisa. Existía una pequeña chance de que fuera su sobrino.
Con más de 200 millones de usuarios y un nombre común las posibilidades se achicaban. Sin embargo, no dudó y le dejó un mensaje. Gavin no era un usuario de Facebook habitual y chequeó su cuenta varias semanas después y respondió con su número de teléfono.
Cuando Beryl le contó a Avril, la mujer estalló de felicidad. En 27 años nunca había bajado los brazos. "Lo único que escuché fue un grito enorme del otro lado del teléfono. Avril no podía creerlo", contó Wilson.
Gavin se subió a un avión y viajó a ver a su madre, de la que no sabía nada hacía casi tres décadas. Avril quedó discapacitada después de un ataque cerebral y no pudo ir hasta el aeropuerto de Gatwick a buscarlo. En su lugar fue su esposo.
"No pude pegar un ojo. Sólo me senté a esperarlo. Y aunque había pasado casi 30 años, lo reconocí de inmediato. Tiene mis ojos", contó la mujer.
"Hijo hermoso". Esas fueron las primeras palabras que Gavin escuchó de su madre. Se quedó quieto, abrumado. Hasta que se abrazaron. "Fue el día más feliz de mi vida y no tengo palabras para describirlo", dijo Avril.
Madre e hijo se las arreglaron para comunicarse, a pesar de que Gavin se había olvidado de casi todo el inglés que alguna vez había aprendido. Y Avril no tuvo tiempo de aprender húngaro.
"Durante años intenté de todo, pero nunca pudimos averiguar qué había pasado con Gavin y su padre", explicó Avril a la prensa británica que hoy publica esta historia.
Durante el reencuentro, Gavin se enteró de que tiene tres hermanos y Avril de que es abuela de tres: Anastasia (10), Tomas (7) y Angelina (6).
Avril pasó años creyendo que su hijo podría estar muerto. Y Gavin nunca olvidó a su madre. Incluso, se volcó a Internet desde 2006 ÂÂtras la muerte de su padre- para buscarla. Tres años después, Facebook hizo el milagro.
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