En una operación hecha por primera vez en el Perú, doctores del Hospital Cayetano Heredia lograron que el intestino del niño de 24 cm. se desarrolle hasta 70 cm gracias a la hormona del crecimiento.
Especialistas del Hospital Nacional Cayetano Heredia lograron que el intestino de un niño que medía solo 24 centímetros se desarrolle hasta 70 centímetros gracias al innovador tratamiento de la hormona del crecimiento, informó hoy el citado nosocomio.
El pequeño de un año y medio de vida se ha convertido en el niño símbolo del hospital, pues desde su nacimiento ha demostrado fortaleza para soportar múltiples cirugías y tratamientos especiales para salvarle la vida.
Luis Dulanto Monteverde, director general del nosocomio, explicó que durante el embarazo de la madre, los intestinos del bebé permanecieron en contacto con el líquido amniótico, lo que produjo la descomposición de éstos órganos, logrando rescatar sólo tres pequeños pedazos de ocho centímetros cada uno.
A esta malformación congénita se le denomina Gastroquisis, donde los intestinos de un bebé salen fuera del cuerpo por un agujero que se presenta en la pared abdominal, a consecuencia de un defecto al lado del cordón umbilical.
Ante esta situación, los galenos unieron los fragmentos que llegaron a medir 24 centímetros, siendo necesario para sobrevivir 50 centímetros de los mismos, relató Daniel Porturas Pérez, jefe del Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos.
“En estas condiciones, Gerardito tenía que ser alimentado con un programa de Nutrición Parenteral Total que contiene todos los nutrientes necesarios para su desarrollo normal. Éste tipo de alimentación se le administró por vía endovenosa central, directo al corazón”, comentó el especialista.
Porturas indicó que este reto era muy difícil de cumplir por su elevado costo y lo complicado que era acceder a venas de grueso calibre por tiempo tan prolongado en un bebé tan pequeño.
Sin embargo, gracias al apoyo del director del hospital y el apoyo del gobierno central con el Seguro Integral de Salud (SIS), se logró cubrir los gastos extraordinarios que demanda el tratamiento de “Gerardito”.
El pequeño tiene ahora un catéter de larga permanencia importado del extranjero colocado en su vena cava inferior que conecta al corazón y ha dado excelentes resultados.
“El bebé es atendido con calidad, calidez y dedicación constante; además de recibir innumerables demostraciones de afecto de todo el equipo de salud del servicio de cuidados intensivos pediátricos”, refirió el galeno.
Gerardito es casi un niño normal, pero continúa siendo supervisado por el personal para un minucioso control de su evolución diaria y permanentes terapias de estimulación temprana, que debido a su enfermedad retrasaron su desarrollo psicomotor.
Además puede recibir una alimentación mixta; es decir, por vía oral y por catéter endovenoso.
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