Este artefacto que lleva por nombre "Furoc" le permite producir el mueble en un aproximado de tres horas, trabajo que le permite modificar el diseño y los colores sin los costos que supondría si se llevara a cabo de la forma tradicional.
Un estudiante holandés llamado Dirk Vander Kooij buscaba diseñar muebles a la vez que se prepara para su proyecto de graduación cuando de repente encontró una vieja impresora 3D que lo animó a probar nuevas herramientas.
Tras investigar sobre el tema, logró conseguir un robot industrial de una línea de producción china. Lo reprogramó y obtuvo una impresora en 3D que le permitió crear sillas.
Este artefacto que lleva por nombre "Furoc" le permite producir el mueble en un aproximado de tres horas, trabajo que le permite modificar el diseño y los colores sin los costos que supondría si se llevara a cabo de la forma tradicional.
Su invento ha llamado la atención alrededor del mundo debido a que supone un avance dentro de la impresión en 3D, área que muchos consideran que será la nueva forma en que consumiremos productos sin salir de casa.
Vander Kooij ha logrado producir cuatro mil sillas en un año, para hacerlas se consigue material para reciclarlo y derivarlo a sus nuevas creaciones.
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