Existen dos tipos de ACV: el isquémico y hemorrágico, mayores detalles en la videografía.
Comer, dormir, hacer deporte o, simplemente, pensar: cualquiera de nuestros actos es regulado por nuestro cerebro que requiere un aporte constante de oxígeno y nutrientes.
Un accidente cerebro vascular se da cuando ese abastecimiento es interrumpido o racionado, quedan destruidas células lo que deja lesiones irreversibles o lleva a la muerte.
Un ACV es repentino y sus efectos son inmediatos: se entumece el cuerpo, se dificulta el habla y surgen confusión y problemas de la vista.
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