A la luz de esta investigación, los científicos concluyeron que "es poco probable que los Neardentales tuvieran una visión del mundo como la que tenemos nosotros".
El cerebro de los Homo Sapiens, especie del ser humano actual, experimenta durante el primer año de vida un desarrollo diferente al que se producía en el del Hombre de Neardental, según un estudio del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig hecho público hoy.
Según las investigaciones, los cerebros de ambas especies son muy similares en el momento del nacimiento, sin embargo durante el primer año, el de los Homo Sapiens sigue una evolución diferente que le otorgaría unas habilidades cognitivas distintas.
A la luz de esta investigación, publicada en la revista científica Current Biology, "es poco probable que los Neardentales tuvieran una visión del mundo como la que tenemos nosotros", señalan desde el Instituto alemán situado en el este del país.
Esta investigación arroja luz sobre las discusiones antropológicas y paleontológicas que defendían que dado que el tamaño de los cráneos era similar, sus capacidades también lo serían.
Hasta ahora, la discusión sobre las habilidades cognitivas se había basado en los fósiles humanos, y se apoyaba en elementos culturales como la construcción de artilugios a partir de piedras.
Dado que los cerebros no se fosilizan, su evolución sólo se puede estudiar a través de los cráneos, para lo que los científicos recrearon el de un Neardental recién nacido a partir de un esqueleto ubicado en un museo francés.
A través de avanzados métodos de comparación, se observó que el cráneo de los Homo Sapiens y los Neandertales es alargado en el momento del nacimiento, pero en los humanos modernos adquiere una forma globular en el primer año de vida, producto de una fase de desarrollo que no está presente en la evolución de los Neardentales.
Los expertos del Max Planck explican que las capacidades cognitivas dependen del tiempo y del modo en que el cerebro se desarrolla, y puesto que hay diferencias en el primer año de vida, las habilidades no pueden ser las mismas en ambas especies.
Tras las comparaciones realizadas en el Instituto Max Planck, se concluye que a ambas especies se les agranda el cerebro conforme se van convirtiendo en adultos, pero siguiendo diferentes caminos de desarrollo.
Al nacer, los circuitos neurológicos en los seres humanos son escasos y los estudios clínicos realizados establecen que las primeras alteraciones en el cerebro están directamente vinculadas al comportamiento de la especie y a su nivel cognitivo.
Las conexiones entre las diversas partes del cerebro que tienen lugar durante el primer año de vida del neonato son básicas para la madurez, así como para las funciones sociales, emocionales y comunicativas.
Según manifiesta uno de los investigadores, Phillipp Gunz, la investigación "es casi más importante para entender más cosas sobre nuestra propia especie que para esclarecer elementos de los Neardentales".
"Esperemos que nuestros descubrimientos ayuden a identificar la función de algunos genes que evidencian que ha habido selección hasta desembocar en los seres humanos modernos", añade.
EFE
Comparte esta noticia