Probabilidad de que alguno de los restos del satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (UARS) alcance a una persona es muy remota según la agencia espacial estadounidense.
La Agencia espacial estadounidense (NASA) descartó hoy que el satélite artificial que este viernes se precipitará sobre la Tierra vaya a caer sobre América del Norte, aunque todavía no puede precisar el lugar del impacto.
"El reingreso se espera durante la tarde en el este de Estados Unidos el 23 de septiembre", indicó un comunicado de la agencia. "El satélite no estará en trayectoria sobre América del Norte en ese período", añadió.
Según la agencia, "es todavía demasiado temprano para predecir la hora y el lugar de reingreso con más certidumbre, pero las predicciones serán más precisas en las próximas 24 horas".
La probabilidad de que alguno de los restos del satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (UARS) alcance a una persona es muy remota según la agencia espacial estadounidense, que la cifra en una entre 3.200.
El aparato pesa 5.675 kilogramos y tiene el tamaño de un autobús.
Por el momento, sólo se conoce que el artefacto espacial impactará en las latitudes situadas entre el norte de Canadá y el sur de Suramérica, un área que incluye la mayor parte del planeta, ya que es muy difícil estimar con precisión cuándo llegará a la Tierra un satélite fuera de control.
Esto es así porque cualquier pequeño cambio en la hora a la que el satélite reingresa en la atmósfera se traduce en miles de kilómetros de diferencia en cuanto al lugar en el que impactará.
Estaba previsto que el satélite llegara a finales de setiembre o principios de octubre, pero su caída se adelantará debido al fuerte aumento de la actividad solar la semana pasada.
Los científicos de la NASA calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas sobrevivirán a las altas temperaturas del reingreso y caerán sobre la superficie de la Tierra.
EFE
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