La salida de Sam Altman de OpenAI impulsa a Microsoft, añadiendo $63 mil millones en valor de mercado. A pesar de desafíos, la movida estratégica de Nadella refuerza el compromiso de Microsoft con la IA.
En un giro inesperado de los eventos, la salida del CEO Sam Altman de OpenAI ha dejado a Microsoft como el claro ganador, añadiendo un impresionante valor de mercado a la empresa. Desde el cierre del viernes, Microsoft ha sumado $63 mil millones en capitalización de mercado, alcanzando un máximo histórico de $378 por acción en el comercio del mediodía del lunes. Si esta cotización se mantiene al cierre del mercado del lunes, la capitalización de mercado de Microsoft, basada en sus 7.429 millones de acciones en circulación, ascenderá a $2.82 billones.
Esta notable vuelta de los acontecimientos es especialmente significativa para Microsoft y su CEO Satya Nadella, quienes podrían haber sido los mayores perdedores en este asunto. Con una inversión de $13 mil millones en OpenAI y la integración de la tecnología de OpenAI en productos clave como Office365 y GitHub, la repentina salida de Altman planteó desafíos significativos para la estrategia de Nadella.
Tras el anuncio público el viernes de la destitución de Altman por parte de la junta directiva de OpenAI, alegando falta de franqueza en sus comunicaciones, las acciones de Microsoft experimentaron una caída del 2%, pasando de $373 a $367 por acción en cuestión de minutos. Esto representó una pérdida notable para una empresa con una capitalización de mercado que se acerca a los $3 billones.
El analista de Wedbush, Dan Ives, señaló la importancia de Altman para Microsoft, afirmando que si Microsoft perdía a Altman, este podría haberse unido a otras grandes compañías tecnológicas como Amazon, Google o Apple, todas ansiosas por incorporar a un líder mundial en inteligencia artificial a sus filas.
Sin embargo, la reacción rápida y decisiva de Satya Nadella fue clave. Anunció a medianoche del domingo que había contratado a Altman y al expresidente de OpenAI, Greg Brockman, para liderar un nuevo laboratorio de investigación en inteligencia artificial dentro de Microsoft. Este movimiento estratégico fue descrito por el analista Dan Ives como un "movimiento de la Serie Mundial de Póker para las edades".
O, como lo expresaron de manera sucinta los analistas de Macquarie Equity Research en el título de su nota a los inversores de Microsoft: "Cuando atacas al rey, mejor no fallas".
La jugada maestra de Nadella no solo le permite a Microsoft retener a dos de los empleados más influyentes de OpenAI, sino que también mantiene su participación masiva en la startup. A pesar de la incertidumbre en torno al futuro de OpenAI, Microsoft parece haber asegurado su posición en la vanguardia de la investigación en inteligencia artificial.
En cuanto a OpenAI, la junta directiva nombró al exjefe de Twitch, Emmett Shear, como CEO interino. Aunque no está claro cómo se estructurará el nuevo equipo de investigación de Microsoft, la contratación de Altman y Brockman representa un movimiento estratégico significativo por parte de Nadella.
En una declaración posterior, Nadella expresó su anticipación por brindar los recursos necesarios para el éxito del nuevo equipo de investigación. Además, indicó que Microsoft está abierto a contratar a miembros leales a Altman que puedan desertar de OpenAI. "Esperamos avanzar rápidamente para proporcionarles los recursos necesarios para su éxito", afirmó Nadella. "Esperamos conocer a Emmett Shear y al nuevo equipo de liderazgo de OAI y trabajar con ellos", añadió.
Altman respondió en X, afirmando que "la misión continúa". Aunque la reacción del mercado con un aumento en las acciones seguramente complacerá a la dirección de Microsoft, no todo son luces y colores en el horizonte. La empresa ahora asume la responsabilidad de construir (y sufragar los costos de operación) la nueva organización de investigación en inteligencia artificial bajo el liderazgo de Altman y Brockman. Además, podría enfrentarse a la obligación de pagar miles de millones en contratos existentes con una empresa incipiente, según informó la editora en jefe de Fortune, Alyson Shontell.
Este acontecimiento, aunque beneficioso en términos de valor de mercado, plantea desafíos operativos y financieros para Microsoft. No obstante, la empresa se muestra comprometida con el avance continuo en inteligencia artificial y parece dispuesta a asumir estos retos para mantener su posición de liderazgo en el panorama tecnológico global. Con la determinación expresada por Altman de que "la misión continúa", queda por verse cómo evolucionará esta historia y cuál será el impacto a largo plazo en la industria tecnológica y en la investigación en inteligencia artificial.
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