Ray Bradbury, el amante del terror y la ciencia ficción

El autor de "Crónicas marcianas" y "Fahrenheit 451" es considerado uno de los grandes genios del género fantástico e influencia directa de cientos de escritores.

La influencia de Ray Bradbury no sólo se percibe en la literatura, sino que también en la creación de mundos fantásticos en el cine, la televisión y otros medios.

El autor estadounidense más celebre en el mundo de la ciencia ficción, Ray Bradbury, falleció anoche a los 91 años en Los Ángeles, según lo confirmaron sus hijas.

Bradbury nació el 22 de agosto de 1920 en Waukegan, en el estado de Illinois. No fue a la universidad, la escasez económica que soportó en su juventud le impidieron matricularse en una casa superior de estudios y tuvo que ganarse la vida vendiendo periódicos.

El “genio del género fantástico” fue un ávido lector, lo que le permitió escribir sus propios cuentos, llegando así a vender sus primeros relatos a comienzos de los años cuarenta.

Además, trabajó como guionista para películas y series de televisión, destacando su colaboración con John Huston en la adaptación del clásico de Herman Melville "Moby Dick" que este último dirigió en 1956.

A lo largo de su vida, Bradbury escribió casi 600 cuentos y 30 libros, como “Crónicas marcianas”, "La feria de las tinieblas", "El hombre ilustrado" o "Fahrenheit 451", que fue llevada al cine por el realizador galo François Truffaut en 1966.

Los escenarios figurativos que construyó en varias de sus obras, no sólo abrieron la imaginación y creatividad de millones de lectores en todo el mundo, sino que también marcó a muchos autores que recogieron el legado que fue dejando a través de los años.

A pesar de haber sido ignorado por los grandes premios literarios, Bradbury tuvo otros grandes reconocimientos como el que bautizara un asteroide con su nombre (1992), y crearan el “Ray Bradbury Award”, que se concede a guionistas por trabajos específicos en géneros vinculados a la fantasía y la ciencia ficción.

Además, en el 2004 recibió la Medalla Nacional de las Artes en Estados Unidos, la máxima distinción que un artista puede recibir por parte del gobierno de ese país.