El público podrá apreciar a los 15 ejemplares a menos de un metro de distancia gracias a los cristales templados que cubren cada ambiente del museo Kalinowski de la zona Internacional, donde serán exhibidas hasta el próximo 15 de junio.
Con el propósito de desterrar ciertas fábulas, mitos y una variedad de historias sin mayor sustento tejidas alrededor de estas especies, el Parque de las Leyendas presentó este miércoles 28, la colección de serpientes, víboras y reptiles más representativas del Perú y el mundo; culminando con ello las actividades programadas por la Semana Mundial de la Biodiversidad.
La colección integrada por 15 ejemplares de serpientes y víboras, estarán en exposición hasta la 15 de junio en las instalaciones del museo Kalinowski de la zona Internacional, donde el público asistente podrá apreciarlas a menos de un metro de distancia, gracias a los cristales templados que cubren cada ambiente de esa estancia.
Durante esta exposición montada por la División de Zoología del mencionado parque, los asistentes no solo conocerán a diversas especies sino que aprenderán a distinguir por la forma de sus ojos o el diseño de su alargada piel, si es que una víbora es peligrosa o si su veneno es mortal.
Asimismo, tendrán la oportunidad de ver como reptan o descansan en su ambiente recreado con todos los elementos necesarios para una vida saludable y longeva, incluyendo los calentadores eléctricos y los focos infrarrojos cuyo uso es imprescindible en la temporada de los inviernos limeños.
Entre los ejemplares en exhibición se encuentran dos anacondas de 4 y 3 metros de largo y una pequeña culebra de agua, cuyo diminuto tamaño –no supera los 70 cms.- le permite camuflarse entre ramas y follaje, ayudada por su color un verde intenso que tiende a resaltar cuando se encuentra en mudanza de piel.
Igualmente, durante la exhibición se dará información a los asistentes acerca de los alimentos que come cada ejemplar, todos carnívoros, según refirió la doctora Carolina Pedraza, quien explicó que en el Parque de las Leyendas se alimenta a estos ofidios cada quince días.
“Aquí es diferente de lo que sería en su hábitat real donde uno de estos ejemplares puede resistir sin alimento hasta tres meses” dijo la especialista tras señalar que la ingesta puede ser un espectáculo agresivo para la mayoría de las personas. Pero así es la naturaleza, así se mantienen los ecosistemas, subrayó.
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