El cantautor Miguel Bosé ha publicado un hilo en Twitter haciendo referencia a una serie de teorías conspirativas sobre la COVID-19, las redes 5G, Bill Gates y el control mental mediante microchips alojados en las vacunas.
Las redes sociales han vuelto a servir de plataforma para la desinformación y, en esta ocasión, desde una cuenta de 3,1 millones de seguidores. Mientras el mundo lloraba la muerte de Pau Donés, el cantautor Miguel Bosé elaboraba un hilo de Twitter sobre la alianza GAVI, formada por instituciones para el desarrollo de vacunas y presidida por Bill Gates. Parte del discurso del cantante de “Morena mía” se centra en la teoría conspirativa sobre el fundador de Microsoft y la supuesta nanotecnología inoculada mediante estas vacunas, integrados tecnológicos que serán activados cuando se inicien operaciones con la red 5G y que, en palabras de Bosé, es parte de un “plan macabro y supremacista”.
Entidades como Twitter, Google y Facebook han desarrollado herramientas de verificación de información, y han comenzado a eliminar contenidos asociados a teorías que apuntan a relacionar la nueva red de telecomunicaciones y la pandemia de COVID-19 que ha dejado, por el momento, más de 404 mil muertes y 7,04 millones de infectados.
En Xatakamóvil han desarrollado una interesante columna sobre los detalles referenciados por Miguel Bosé en relación a las vacunas aplicadas por GAVI en Kenia, que recibieron agradecimientos del gobierno de ese país y que “han contribuido a inmunizar a más de 300 millones de niños”.
Sin embargo, hay más detalles que la Asociación GSM comparte. Esta entidad, que reúne a miles de empresas vinculadas a telecomunicaciones en el mundo, ha publicado recientemente un reporte titulado “5G, campos electromagnéticos y seguridad”, que desmenuza las principales dudas sobre esta nueva tecnología, en colaboración con datos de la Organización Mundial de La Salud y la Comisión Internacional para la Protección de la Radiación No Ionizante (ICNIRP).
De acuerdo con el reporte, desde 1998 la ICNIRP ha emitido una serie de guías y limitaciones para la exposición a campos electromagnéticos. En marzo de 2020, esta entidad, reconocida por la OMS, señaló que las guías publicadas hace 22 años aun son eficientes para las telecomunicaciones de hoy:
La publicación desglosa una serie de preguntas realizadas como parte de la campaña de desinformación contra la expansión del 5G, una tendencia que ha provocado la destrucción de antenas de telecomunicaciones en distintos lugares del mundo, y que afecta la estabilidad de la red en tiempos de cuarentena. Rescatamos las dudas más resaltantes del informe:
¿El 5G es cancerígeno?
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que revisa la evidencia de cáncer peligros, clasifica las señales de radiofrecuencia en el mismo grupo que comer verduras en vinagre. Comer carne procesada cae en una clasificación más alta que las señales de radio (, hay evidencia más fuerte de que podría causar cáncer en humanos).
¿El 5G es peligroso para el ambiente?
La Agencia Gubernamental Alemana (Bundesamt für Strahlenschutz) ha declarado que no hay evidencia científicamente confiable de un riesgo para los animales y plantas expuestas a señales de radio en o bajo los límites en las directrices internacionales. Además, la Oficina de Antenas en los Países Bajos (Antennebureau) también ha refutado las afirmaciones conspirativas de que las pruebas 5G puedan dañar a las aves.
Además, uno de los objetivos de 5G es reducir hasta en 90% el consumo energético. Esto se logrará reduciendo la potencia de los transmisores cuando no están en uso, implementando modos de suspensión y reduciendo la cantidad de señales necesarias para mantener la conectividad.
¿Mayor cantidad de pequeñas antenas 5G significan un incremento de exposición a la radiación?
Uno de los objetivos de las implementaciones de 5G es proporcionar velocidades de datos mucho más altas, y el uso de celdas pequeñas mejorará esta capacidad. Basados en los resultados obtenidos tras las pruebas 5G actuales y redes comerciales, se espera que los niveles máximos de exposición sean similares a los actuales y representen una pequeña fracción de las pautas recomendadas.
Comparte esta noticia