Sergio Estrada convence a Charo y su familia que lo que pasó tras el malogrado matrimonio de Shirley creo un muro que debe ser derribado.
Charo telefonea a Sergio Estrada pidiéndole conversar con él pues tras lo ocurrido luego de la anulada boda de Shirley y Patrick se ha abierto un abismo entre su familia y Reyna, Lucho y sus hijos.
El sicólogo llega a casa de los González pero es recibido de mala manera por Coqui quien lo toma de las solapas. Felizmente para Sergio, aparece Charo y detiene a Coqui y le increpa por su conducta.
Más tranquilo Sergio le dice que lo que ha ocurrido ha llenado a Charo de una de pensamientos negativos que deben ser expulsados. Le pide que cierre los ojos y que respire hondo, expire y piense que con ello está botando esos malos pensamientos. “¿Es así de fácil? Creo que podrías ayudar a toda la familia. ¡Familia! ¡Familia!” llama Charo y todos los González bajan a la sala.
Sergio les muestra un trozo de concreto y les cuenta que se trata de un trozo del muro de Berlín que él ayudó a derribar. “Ese fue un acontecimiento liberador. Desde esa fecha mi vida cambió para siempre. ¡Eso es lo que tienen que hacer ustedes! ¡Hay que derribar el muro!”, les aconseja. Luego, por pedido de Charo, Sergio sube a hablar con Reyna y su familia y les dice que los González quieren conciliar.
Poco después, con el muro de listones de madera de por medio, los González empiezan a echarlo abajo mientras Reyna, Lucho y sus hijos hacen lo mismo desde su lado. Tienen el muro prácticamente en el piso y llega la paz. “¡Hay que terminar con esto!”, grita Pepe y lanza la comba contra el muro pero la herramienta cae justo en uno de los pies de Reyna. ¡Y se acabó la paz!
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