Un niño de dos años trituró más de mil dólares en Salt Lake, Utah, pero gracias al gobierno, sus padres pudieron recuperar el dinero.
La historia de los padres de Leo Belnap, un niño de dos años de Salt Lake, Utah, quien trituró más de U$D 1 000 que habían ahorrado para comprar boletos de fútbol, parece sacada de una comedia. Sin embargo, la Oficina de Grabado e Impresión (BEP, por sus siglas en inglés) pudo ayudarles a recuperar el dinero gracias a su Programa de Recuperación de Divisas Mutiladas, un recurso invaluable para situaciones como esta.
El programa de recuperación
Esta instancia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos trabaja gratuitamente para ayudar a personas que han visto su dinero dañado por diversas circunstancias.
Desde mediados del siglo XIX, la BEP ha manejado casos en los que el dinero ha sido quemado, sumergido en agua, dañado por químicos o incluso devorado por animales.
En el caso de la familia Belnap, la solución vino en forma de un proceso que puede tomar entre seis meses y tres años, dependiendo de la complejidad del caso.
Anécdotas sorprendentes
Para recuperar el dinero, los afectados deben enviar los restos de los billetes dañados junto con un formulario explicando lo ocurrido. Casos como el del campesino que envió el estómago de su vaca a la BEP después de que ésta se comiera su billetera, o el hombre cuyo perro se tragó los billetes de la renta, son solo algunas de las historias que manejan los empleados de esta agencia.
La BEP maneja alrededor de 30.000 peticiones al año y devuelve más de U$D 30 millones en efectivo mutilado. Para asegurar que no están siendo víctimas de fraudes, los empleados reciben una capacitación rigurosa para autenticar cada billete mediante la identificación de características de seguridad.
Más de la mitad de las peticiones reciben un reembolso total, que puede hacerse en forma de cheque o depósito directo.
La historia de la familia Belnap y su dinero triturado destaca la importancia de la BEP y su programa. Aunque una mayor interacción con los billetes dañados puede parecer improbable para muchos, la realidad es que cualquier persona puede encontrarse en una situación similar.
Gracias a la BEP, las historias trágicas y cómicas de dinero mutilado pueden tener un final feliz, devolviendo a los ciudadanos el valor de sus ahorros.
Te recomendamos
Comparte esta noticia