Marie McCreadie perdió la voz desde muy joven de manera repentina. Durante 12 años, vivió en silencio, enfrentando diagnósticos erróneos y un aislamiento devastador. Un día, una tos severa reveló la sorprendente causa.
En 1970, Marie McCreadie, una niña británica de 12 años, se mudó con su familia a Australia, un traslado que prometía ser una emocionante aventura. Sin embargo, poco después de llegar, Marie enfermó gravemente con una combinación de dolor de garganta, resfriado y bronquitis.
A pesar de su recuperación inicial, la tragedia golpeó cuando, seis semanas después, perdió completamente la voz. Marie McCreadie asumió que su voz regresaría, pero semanas se convirtieron en meses y luego en años sin poder emitir sonido alguno.
Sinfín de diagnósticos
Durante dos años, Marie McCreadie enfrentó un calvario médico y social. Los médicos inicialmente diagnosticaron laringitis, pero luego sugirieron que sufría de "mutismo histérico", un trastorno psicológico. Sin una explicación física, su entorno, incluyendo una monja en su escuela católica, sugirió que estaba siendo castigada divinamente, lo que intensificó su angustia.
Incapaz de comunicarse verbalmente, Marie McCreadie recurrió a escribir notas y aprender a leer labios, pero su vida social y académica se vio profundamente afectada. La frustración y el aislamiento la llevaron a un intento de suicidio, tras el cual fue ingresada en un centro psiquiátrico.
A medida que pasaron los años, Marie McCreadie se adaptó a su vida sin voz. Trabajó en el bar de su madre, aprendió lenguaje de señas y estudió mecanografía. Sin embargo, a los 25 años, un incidente cambió su vida para siempre.
Moneda de la suerte
Un día, en el trabajo, Marie experimentó una tos severa acompañada de sangre. Desesperada, fue llevada al hospital, donde los médicos descubrieron un bulto en su garganta. Al extraerlo, se sorprendieron al encontrar una moneda australiana de tres peniques, alojada junto a sus cuerdas vocales durante 12 años.
Este hallazgo increíble reveló la causa de su mutismo. La moneda había estado posicionada de tal manera que impedía la vibración de sus cuerdas vocales, bloqueando cualquier sonido. Debido a su ubicación, la moneda no había sido visible en radiografías anteriores.
Con la moneda finalmente retirada, Marie McCreadie comenzó el arduo proceso de reaprender a hablar. Poco a poco, recuperó la capacidad de emitir sonidos y luego palabras, un milagro médico y personal que transformó su vida.
La historia de Marie McCreadie es un testimonio de resiliencia y esperanza. A través de años de sufrimiento y confusión, y a pesar de los errores y malentendidos médicos, finalmente pudo recuperar su voz gracias a una intervención inesperada. Hoy, su experiencia destaca la importancia de persistir y buscar respuestas, incluso en las situaciones más desconcertantes.
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