Cada año, miles de neoyorquinos y turistas se congregan en las calles de Manhattan para presenciar el impresionante Manhattanhenge, un evento donde la puesta de sol se alinea perfectamente con la cuadrícula urbana de la ciudad. Estas son algunas de las mejores postales.
Este 29 de mayo, Nueva York se convierte nuevamente en el escenario de un fenómeno espectacular que cautiva a miles de personas cada año: el Manhattanhenge. Este evento, que ocurre solo dos veces al año en mayo y julio, atrae a turistas y residentes por igual, quienes buscan capturar la imagen perfecta de la puesta de sol alineada entre los rascacielos de Manhattan.
El fenómeno, que proyecta un cálido resplandor sobre la jungla de cemento, ofrece una oportunidad única para disfrutar de una vista inolvidable de la ciudad de perfectas cuadras y altos edificios.
Efecto especial
El Manhattanhenge se produce cuando la puesta de sol se alinea perfectamente con las calles principales de Manhattan, creadas según un trazado cuadriculado. Esta alineación crea una vista impresionante donde el sol parece encajarse entre los edificios, iluminando la ciudad de manera mágica.
Aunque otros lugares como Chicago, Montreal y Toronto experimentan fenómenos similares debido a sus largos tramos de calles rectas y numerosos rascacielos, el Manhattanhenge de Nueva York es, sin duda, el más famoso y esperado.
Estas son algunas de las fotos más hermosas que se han captado del evento:
El término Manhattanhenge fue acuñado en 1997 por el reconocido astrofísico Neil deGrasse Tyson. Inspirado por su visita de niño a Stonehenge en Inglaterra, donde el sol se alinea con círculos de piedras durante los solsticios, deGrasse Tyson vio un paralelo emocional y cultural en las alineaciones urbanas con el sol en Manhattan.
Este evento no solo es un espectáculo visual sino también un reflejo del impacto que estas alineaciones solares pueden tener en la cultura y la civilización contemporánea.
Modo fotografía
Cada año, las mejores fotografías del Manhattanhenge capturan la atención mundial, mostrando la belleza única de la puesta de sol entre los rascacielos. Las imágenes más impresionantes de años anteriores han mostrado el sol descendiendo en un brillante naranja y rojo, enmarcado por las siluetas oscuras de los edificios. Estas fotografías no solo adornan álbumes personales y redes sociales, sino que también se convierten en iconos visuales de la ciudad de Nueva York.
Así, mientras miles de personas se preparan para presenciar el próximo Manhattanhenge, la espera promete ser tan emocionante como el propio evento. La ciudad que nunca duerme se toma un momento para contemplar la belleza natural fusionada con la grandeza arquitectónica, recordándonos el asombro que puede provocar la alineación de la naturaleza y la urbe. Con cada edición del Manhattanhenge, Nueva York reafirma su lugar como una de las ciudades más fascinantes y fotogénicas del mundo.
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