En solo un año, más de 818 mil inmigrantes obtuvieron la ciudadanía, un 12 % más que el promedio de la última década, según datos oficiales.
La creciente tensión en torno a la inmigración en Estados Unidos ha llevado a miles de latinos con residencia permanente a acelerar su proceso de naturalización. Frente a las políticas restrictivas del gobierno de Donald Trump y la intensificación de los operativos migratorios, la ciudadanía estadounidense se ha convertido en una medida urgente para asegurar su permanencia y voz política.
Según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis, por sus siglas en inglés), más de 7.9 millones de inmigrantes se naturalizaron entre 2014 y 2024, con un promedio anual de 790 000 personas. En el año fiscal 2024, la cifra alcanzó los 818 500 nuevos ciudadanos, marcando un aumento del 12% respecto al promedio de la década. Este fenómeno ha cobrado fuerza desde el regreso de Trump al poder en 2025.
Te recomendamos
Temor al cambio legal acelera decisiones pendientes
El caso de Carmen Medrano, salvadoreña residente en Estados Unidos desde hace 19 años, ilustra cómo el miedo puede empujar decisiones postergadas. En marzo de 2025, finalmente solicitó su ciudadanía tras años de dudar por inseguridad con el idioma y temor a reprobar el examen. “Las leyes están cambiando mucho”, comentó. Presentó la prueba en español —una opción para personas mayores o con años de residencia— y obtuvo su pasaporte estadounidense semanas después.
Grupos como la Asociación de Salvadoreños en Los Ángeles (ASOSAL) y el Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM) han experimentado un incremento notable en solicitudes y orientaciones. El costo actual del proceso de naturalización es de U$D 760, pero el beneficio de evitar la deportación y participar en las elecciones es percibido como un valor mucho mayor. Incluso personas con tarjetas de residencia vencidas pueden aplicar bajo ciertas condiciones.
La ciudadanía como herramienta de defensa electoral
Más allá de la protección legal, la ciudadanía también se está viendo como una estrategia de defensa política. Francisco Moreno, director ejecutivo de COFEM, fue enfático: “La ciudadanía es la única tabla de salvación. Ahorita es el momento, porque una residencia no te garantiza permanecer en este país”. Para muchos, votar se ha vuelto una forma de resistencia ante un clima que perciben como hostil.
Precedentes históricos motivan una nueva ola de votantes
El académico Raúl Hinojosa-Ojeda, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés), recordó que en 1994, la Proposición 187 en California —una iniciativa antiinmigrante— generó una movilización sin precedentes de votantes latinos. Hoy, señala, existe un paralelismo con el actual contexto político, donde las elecciones del Congreso en 2026 podrían convertirse en una oportunidad para generar equilibrio frente al poder presidencial.
A medida que se acercan las elecciones, el proceso de naturalización se convierte en un acto no solo administrativo, sino político y simbólico. En un país dividido, los nuevos ciudadanos latinos buscan que su voto sea un mensaje claro contra las políticas que los excluyen.
Video recomendado
Comparte esta noticia