Analistas advierten que el auge de la inteligencia artificial estaría elevando el consumo eléctrico en EE.UU., y podría forzar una transformación de la red energética.
El precio de la electricidad en Estados Unidos ha subido de forma sostenida durante el último año, superando incluso la inflación general.
Según datos oficiales, en mayo la electricidad aumentó un 4.5%, frente al 2.4% de la inflación general, afectando a millones de hogares en plena temporada de calor. El aumento del consumo eléctrico, motivado por el uso intensivo de aires acondicionados, es una de las causas evidentes.
Pero expertos advierten que no es la única. El auge de la inteligencia artificial (IA) también estaría elevando la demanda energética. Los centros de datos que alimentan herramientas de IA requieren enormes cantidades de energía para operar y mantenerse refrigerados.
A esto se suma el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional, que anticipa temperaturas extremas en regiones como el noreste y el medio oeste del país, con máximas de hasta 43 °C. Con el consumo energético en alza y el crecimiento acelerado de la IA, la presión sobre la red eléctrica podría continuar en los próximos meses.
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El crecimiento de la inteligencia artificial dispara el consumo eléctrico en EE. UU.
El avance acelerado de la inteligencia artificial está generando un impacto inesperado en el sistema energético de Estados Unidos. Expertos del sector, como Phil Flynn y Rob Thummel, advierten que la demanda de electricidad está creciendo a un ritmo preocupante debido a la expansión de centros de datos de alto rendimiento que requieren enormes cantidades de energía.
Según estimaciones recientes, el consumo eléctrico vinculado a la operación de estas infraestructuras ha alcanzado los 176 teravatios por hora, triplicándose en la última década. Lo más alarmante es que podría volver a triplicarse en apenas tres años si continúa esta tendencia.
La Agencia Internacional de Energía proyecta que, para 2030, los centros de datos consumirán más electricidad que las industrias de acero, cemento, aluminio y productos químicos combinadas. Este escenario obliga a una modernización urgente de la red eléctrica.
Se requerirá actualizar los sistemas de generación y distribución de energía, así como integrar fuentes sostenibles como la solar, eólica y el gas natural para sostener la creciente demanda impulsada por la revolución tecnológica.