Hay plantas con aceites esenciales que pueden ser nuestros aliados. También sirven para ahuyentar hormigas, moscas y polillas.
El calor del verano favorece la reproducción de insectos como las cucarachas, zancudos, polillas y moscas; afortunadamente existen los repelentes naturales que son tan efectivos como algunas soluciones químicas, y menos nocivos para la salud.
Las plantas aromáticas, el jugo y las semillas de las frutas son aliados para mantener nuestros hogares libres de especímenes voladores, destaca el biólogo del Instituto Nacional de Salud (INS) Jorge Cabrera.
Es fácil y económico ahuyentar a los zancudos, transmisores de enfermedades como el zika, dengue y chikungunya. “Podemos coger una rama de albahaca y sobarnos en la piel para evitar que estos nos piquen, también están las hojas del molle o hervir hierba luisa para que el aroma se impregne en las paredes de nuestra casa para alejar a los zancudos”, indica el especialista.
El poder de estas plantas radica en sus aceites naturales, que resultan tóxicos para los insectos, dice el experto. Solo hay que tener mayor cuidado con los niños menores de cinco años, porque podría haber una reacción alérgica. Como medida preventiva se puede probar en una pequeña porción de la piel, para ver si hay algún efecto adverso.
Y si el problema son las cucarachas, también hay un preparado casero que las espanta. “Se pueden ahuyentar con un machacado de pepas de guanábana, le echamos un poquito de agua y las rociamos entre los cartones o en los armarios”.
Rociar infusión de ajenjo en las esquinas o espolvorear laurel también son otras alternativas.
A las hormigas, que suelen invadir las cocinas, se las puede repeler con jugo de limón o de ajo. Basta con rociar el preparado en lugares estratégicos, como las madrigueras.
Las polillas son fáciles de ahuyentar. Se pueden preparar bolsitas de gasa conteniendo menta o ruda, o la ralladura de la cáscara del limón o la naranja. El interior de los roperos es un lugar práctico para colocarlas.
Y para librarnos de las moscas, hay una alternativa que no tiene pierde. “El agua que resulta de hervir el tarwi o chocho (frejol) es amarga, y puede servir para rociar a las moscas directamente o en los lugares donde estas se reproduzcan”.
El biólogo Jorge Cabrera nos recuerda que el uso de estos repelentes naturales debe intercalarse con la limpieza del hogar, pues la fermentación y descomposición de los alimentos favorece la proliferación de insectos.
En el caso de los zancudos, evitar el agua estancada o almacenada en pozos y tanques. En todo caso, estos contenedores deben estar limpios para evitar la proliferación de bichos.
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