Efraín ha caminado cerca de 6 kilómetros cada día, de lunes a viernes, desde su casa hasta la escuela. Nunca faltó a clases y esta semana acaba de terminar la primaria.
Un niño argentino es el protagonista de una publicación que se ha viralizado en las redes sociales. Su historia de superación y su emoción al lograr un objetivo quedaron resumidos en una imagen que ahora ha provocado una avalancha de solidaridad. El pequeño terminó la primaria, pero conocer cómo lo hizo es lo que ha conmovido a miles de internautas.
Efraín Abel Delgado tiene 11 años. Vive con su abuelo en una localidad de la provincia del Chaco, en Argentina. Cuando inició su etapa escolar se topó con una dura realidad: el colegio más cercano estaba ubicado a casi 6 kilómetros de distancia. Al pertenecer a una familia humilde, el menor no podía costear una movilidad y tampoco contaba con una bicicleta. Si quería estudiar la única alternativa era caminar. Y así lo hizo durante toda la primaria.
"Su mamá lo dejó al cuidado de su abuelo desde una edad muy temprana. A él y a su hermana Celeste, que también estudia en este colegio", dijo Hugo Baricheval, el maestro de Efraín, al diario La Nación. Fue precisamente su abuelo, Ángel Delgado, quien caminó con él todos los días para llegar a la escuela. Efraín nunca faltó a clases y fue un alumno excelente.
"Llegar a esa instancia le costó mucho a Efraín. Él viene de una familia muy humilde", agregó Baricheval. Fueron estos tres personajes los que aparecen en la imagen que primero se compartió en Twitter y luego fue replicado en otras redes sociales. El menor y su abuelo no podían evitar las lágrimas al saber que los esfuerzos habían rendido sus frutos: Efraín acabó la escuela primaria.
Solidaridad. Según informa Clarin, personas de diversos países del mundo han intentado comunicarse con el pequeño y su abuelo para canalizar algún tipo de ayuda. "El teléfono suena desde temprano y no para. Estamos sorprendidos con lo que pasa, no lo podemos creer", cuenta una encargada del colegio donde estudia el menor.
La familia del niño no tiene ni televisión ni computadora y por ello no se enteraron de todo el revuelo que había causado su historia. No sabían nada hasta ayer (martes) a la tarde. Cuando les contamos se quedaron mudos. Efraín me contó que no pudo dormir a la noche, está contento, nervioso, ansioso. Todo al mismo tiempo”, contó una profesora.
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