Según el INEI, en el 2018, el 42,2% de los hogares del Perú tenía entre sus miembros al menos una persona mayor de 60 años. ¿Cómo podemos mejorar la alimentación de los adultos mayores?
Según el INEI, en el 2018, el 42,2% de los hogares del Perú tenía entre sus miembros al menos una persona mayor de 60 años. Por lo tanto, es importante conocer cómo podemos mejorar la alimentación de los adultos mayores, de manera que podamos ayudarlos a gozar de una buena salud.
Cuando queremos hablar sobre la alimentación en el adulto mayor, aparecen diversas dudas e incluso mitos, que no permiten tratar el tema con la claridad e importancia que amerita. Para esto, debemos conocer primero que el envejecimiento es un proceso natural que genera cambios en el organismo, los cuales afectan la alimentación: desde la regulación del apetito y la sed, la masticación, disminución del sentido del gusto, trastornos de la digestión, aletargamiento del tránsito intestinal hasta la forma de aprovechar los nutrientes obtenidos a través de los alimentos.
Son dichos cambios, sumados a las preferencias y hábitos alimentarios de cada persona y los factores ambientales y sociales, los que influyen, en que, el adulto mayor, pueda mantener un peso saludable, músculos y huesos fuertes y un sistema inmunológico adecuado que los proteja de enfermedades.
Durante el verano, las temperaturas mayores exige al organismo hidratarse frecuentemente y nuestro apetito se ve disminuido. Dos puntos críticos en el adulto mayor, quienes son más propensos a deshidratarse, por estar alterada la sensación de sed, pudiendo estar sin tomar líquidos por mucho tiempo. Siendo importante, que se ofrezcan frecuentemente líquidos, no solo como agua pura, si no también, a través de jugos de frutas y otras preparaciones que los contengan.
Se debe incluir diariamente en la alimentación diaria:
1. Frutas (como: sandía, melón, papaya, entre otros) y verduras (como: lechuga, espinaca, zanahoria, pepino, entre otros), las cuales ofrecen un mayor contenido de vitaminas, minerales y fibra, encargados de mejorar las defensas naturales el cuerpo y contribuyen a mejorar la hidratación y el tránsito intestinal.
2. Lácteos, huevos y carnes, los cuales, por su alto contenido de proteínas y calcio, fortalecen músculos y huesos, favoreciendo su movilidad, actividad y fuerza.
3. Cereales como el arroz, avena, trigo, así como cereales integrales que brindan energía y aportan fibra, por lo que siempre deben formar parte de una alimentación saludable.
4. Alimentos que contienen omega 3, 6 y 9, como los pescados azules (como: bonito, jurel, caballa, anchoveta y atún), aceites vegetales como el aceite de oliva y sacha inchi y frutos secos, los cuales aportan grasas saludables con efecto cardio protector.
Como el apetito se encuentra afectado, es preciso establecer un esquema de comidas más frecuentes, debiendo fraccionarles al menos en cinco comidas: desayuno, almuerzo, cena y dos refrigerios. Además, para facilitar la masticación de los alimentos, se puede seleccionar preparaciones con texturas semisólidas, como purés o cremas, guisos que permitan una cocción mayor de los alimentos, así como seleccionar cortes de carne más suaves o incluirlas en las comidas en forma de picados.
Por último, considerar que, para disfrutar de las comidas y aprovecharlas al máximo, se debe ofrecer opciones variadas de alimentos, preparaciones novedosas y sobretodo apetitosas, que tomen en cuenta las preferencias y costumbres de los adultos mayores, debiendo planificar el menú diario, pensando en ellos y en su disfrute.
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