Las medidas preventivas no solo ayudan a protegerse de esta ameba letal, sino de otros microorganismos que pueden producir infecciones al oído o los ojos.
El agua dulce contaminada es su hogar. Si a esto le aumentamos la aglomeración de las personas en un mismo espacio y una dejadez de ellas por el cuidado de su cuerpo el resultado es la fórmula perfecta para que este parásito ingrese en sus organismos y los mate. Así se conforma el lugar perfecto para el desarrollo de la ameba ‘comecerebros’, cuyo nombre científico es Naegleria fowleri.
Desde el 2016, año en que el niño Mateo fue afectado con este parásito, los casos por infección de este microbio aumentaron en el Perú, aunque se presentan de manera rara. Esta situación coincide con el incremento paulatino de la temperatura en el país, explica para RPP Noticias, Dalila Martínez, médica infectóloga de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
Si bien los casos de esta ameba se presentan de forma extraña, cuando aparecen llaman la atención mediática porque el efecto final que producen en las personas infectadas es la muerte. A esto se suma que no existe un tratamiento estándar que haya establecido el Ministerio de Salud para atender de manera generalizada a las personas afectadas por este patógeno.
“Esto sucede porque son casos extraños”, dice Martínez. La médica infectóloga explica que el Ministerio de Salud no ha establecido un protocolo de atención generalizada porque se atienden los casos de las personas afectadas de manera aislada con medicamentos eficaces. “Por eso la prevención eficaz es la mejor forma para evitar este parásito”, alerta la especialista.
La primera medida preventiva frente a la ameba ‘comecerebro’ es la de verificar si la piscina a la que acude la persona cuenta con la autorización del Ministerio de Salud. Dalila Martínez dice que para eso se debe observar que dicho espacio respete el aforo permitido, que exista una limpieza constante de las piscinas y las instalaciones de alrededor.
Otra medida de prevención es el uso de las duchas antes y después de estar en la piscina. “Antes es necesario para que no se acumulen los gérmenes en el cuerpo, se usa la ducha después también para limpiarnos de todos los microorganismos recogidos en la piscina”, precisa la médica.
También es necesario usar los protectores nasales porque este parásito ingresa al cuerpo humano mediante los orificios nasales y llega al cerebro donde puede resultar fatal. Las heridas abiertas en la piel son otro espacio por donde la ameba puede ingresar. Cubrirlas es obligatorio.
“Lo mejor de este tipo de medidas preventivas es que no solo sirven para que las amebas ‘comecerebros’ no ingresen al cuerpo, sino para prevenir también otro tipo de amebas presentes que pueden originar otitis o conjuntivitis”, manifiesta la experta.
Comparte esta noticia