El último año ha sido uno de los más complejos en el tema de salud alrededor del mundo, poniendo a los países a enfrentar retos para controlar la pandemia de la COVID-19 en un segundo año frente a la crisis sanitaria. ¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta el mundo para el control del avance de la COVID-19?
En medio de la pandemia de la COVID-19, el mundo enfrenta uno de los retos en salud más importantes de toda la historia: la complejidad de detener el avance del nuevo coronavirus, encontrar herramientas para su tratamiento en las Unidades de Cuidados Intensivos y la implementación de la campaña de vacunación más grande de la historia han llevado a todos los países a trabajar para controlar esta crisis sanitaria.
Si bien la pandemia de la COVID-19 no es el único problema de salud al que se enfrentan los ciudadanos del mundo, sí es uno de los que más ha afectado en el último año. El doctor Carlos Vidurrizaga, investigador del Centro de Bioingeniería de UTEC, menciona que al hablar de las principales herramientas para el control de la pandemia, estas se pueden dividir en dos objetivos claves: frenar la transmisibilidad del nuevo coronavirus y encontrar un tratamiento seguro y eficaz contra la COVID-19.
“Un virus de esas características tiene que ver con algunas de las medidas impuestas como el distanciamiento social, uso de mascarillas, etc. Creo que aún falta que se desarrolle algún tipo de dispositivo que sea un poco más amigable y nos permita eventualmente no depender de un tapabocas, que corta de alguna manera el tema de socialización. [..] Para el control de la enfermedad como tal tenemos que buscar tratamientos. Resalto el trabajo que está haciendo Antonio Pérez Martínez, del Hospital de la Paz de Madrid, que está en un estudio bastante avanzado de un tratamiento para COVID-19 basado en terapias celulares y que van a permitir poder tratar enfermedades independientemente, en el caso de la COVID-19, dependiendo de la variante a la cual estamos expuestos”, menciona.
Por su parte el doctor Manuel Villarán, epidemiólogo de Auna, resalta tres herramientas claves para el control de la pandemia de la COVID-19: el distanciamiento social, lavado de manos y vacunación.
“Al hablar de herramientas para controlar la pandemia quisiera hacer una analogía con un trapecista: mientras más herramientas se tengan, más tupida será la malla del trapecista, si por casualidad cae, ellas las sostendrán. No tiene mucho sentido basar la estrategia en una sola herramienta. Efectivamente tenemos que sumar iniciativas y herramientas. En esta línea de ideas, lo que se ha visto en el mundo es el componente comportamiento social, que es importantísimo. El uso de mascarillas también ha ido evolucionando, ahora incluso se habla del uso de doble mascarilla, también está el distanciamiento, lavado de manos, la vacunación, menciona.
El especialista agrega que otro aspecto sería las pruebas de laboratorio “para crear cercos epidemiológicos y tratar de controlar burbujas de contagio y de esta manera tratar de disminuir el ritmo de contagio”.
Por su parte, el doctor Julio Cachay, infectólogo de la Clínica Ricardo Palma, sostiene que las principales herramientas las conforman las campañas de salud pública, los nuevos tratamientos específicos antivirales y las vacunas seguras y eficaces. “El control de la COVID-19 se da por una combinación de las estrategias”, comenta.
PRINCIPALES DESAFÍOS
El doctor Vidurrizaga menciona que uno de los principales retos frente a la COVID-19 es que la población “sea bastante más exigente con las autoridades sanitarias en lo que se refiere al desarrollo de una salud pública real que implica investigación, tener los recursos adecuados y tener una especie de órgano de manejo de urgencias de este tipo de enfermedades emergentes”. El especialista resalta que esos órganos no sean políticos sino totalmente técnicos.
“La investigación tiene que ser totalmente libre de contenido político y la investigación tiene que ser algo continuo y no depende pues de 1 gobierno de otro ni tampoco de la creación de ministerios sino de tener un enfoque claro y en el tema de salud en particular. Eso tiene que ser absolutamente necesario”, añade.
“Crear un organismo superior que pueda ser totalmente autónomo y que tengan los recursos para poder investigar soluciones y recibir propuestas de investigación. No estamos hablando de Concytec u otro, estamos hablando de un organismo superior que establezca lo que puede ocurrir en un mundo globalizado y cambiante. […] Tenemos que plantear situaciones que de alguna manera nos permitan prevenir lo que ocurre en el futuro. Es un trabajo multidisciplinario porque esta pandemia ha desnudado una serie de deficiencias y ahora toca desnudar todas las deficiencias que se han ocasionado en la salud mental y quise ocasionado cualquier ciudadano de este país”, añade.
Por su parte, el doctor Villarán menciona que el mundo COVID-19 se puede dividir en tres esferas: la esfera de conocimiento del virus, la esfera normativa que se nos da para mitigar el virus y la tercera, la esfera de paz mental y emocional.
“Creo que el principal desafío es que como humanidad nos movamos en la intersección de estas tres esferas. La ciencia tiene que poner de su parte, la normativa tiene que conversar con la ciencia para que las normas sean lógicas y cumplan con su función de controlar la pandemia”, sostiene.
El doctor Cachay menciona que los principales desafíos a los que se enfrenta el mundo lo constituyen “el conocimiento del mecanismo de transmisión, la detección rápida de casos y su rastreo, así como su inmediato aislamiento y el de las personas con que tuvo contacto, lo que evitaría una posible transmisión en cadena”.
GESTIÓN DE LA PANDEMIA
El doctor Villarán resalta que se pueden hablar de dos frentes respecto a la gestión de la pandemia de la COVID-19: la tracción de la vacunación y el uso de pruebas de laboratorio para crear cercos epidemiológicos.
“Necesitamos una vacunación con una tracción adecuada y mucho más grande de la que estamos teniendo ahora en el país y el mundo. Como gestión, la gestión de las vacunas como prevención, pero también como mitigación de los escenarios de contagio. Hemos visto que nuestro país, por diferentes motivos, no ha llegado a su principal objetivo: la disminución del contagio. En nuestro mejor momento de la pandemia, hemos tenido números que identificamos muy rápido. Entonces, tal vez deberíamos migrar hacia iniciativas de crear cercos epidemiológicos alrededor de pruebas adecuadas”, menciona.
Finalmente, el doctor Cachay menciona que la mejor forma de actuar para acercarse lo más posible al punto de equilibrio es responder con medidas que “cumplan criterios basados en las evidencias científicas, las cuales pueden cambiar a medida que se conocen más aspectos del nuevo coronavirus”.
“Articular medidas que tengan el respaldo de las organizaciones profesionales, científicas y los organismos internacionales como OMS, OPS, CDC, EMA. Decidir acciones con el consenso unánime de las autoridades sanitarias internacionales, nacionales y autonómicas. Asegurar una transparencia absoluta en la comunicación de la información sobre la situación, para que se haga posible que no quede ninguna pregunta sin respuesta. A pesar de todas estas acciones, aun cumpliendo con todos estos requisitos, nadie puede garantizar que al analizar de forma retrospectiva a la gestión de la crisis sanitaria no se vayan a encontrar áreas de mejora en relación a las decisiones adoptadas”, finaliza.
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