El tamaño, los pliegues y la flexibilidad de la corteza cerebral determinarían rasgos de nuestra personalidad y el riesgo de desarrollar problemas mentales.
Un estudio internacional publicado en la revista especializada Social Cognitive and Affective Neuroscience definieron que algunos rasgos de nuestra personalidad están relacionados con el tamaño, pliegues y volumen de varias partes de nuestro cerebro.
Análisis
Un grupo de especialistas compuesto por científicos ingleses, estadounidenses e italianos analizó en detalle los escáneres cerebrales de 507 voluntarios, de entre 22 y 36 años, usando tres indicadores: variaciones en la corteza (parte más externa del cerebro), el área y el número de pliegues. Este análisis buscaba establecer rasgos concretos de la personalidad que se vinculen con la morfología del córtex o materia gris.
“Establecer el vínculo entre cómo la estructura cerebral se relaciona con rasgos básicos de la personalidad es un paso crucial para mejorar nuestra comprensión de la conexión entre la morfología del cerebro y trastornos específicos de humor, cognitivos o de comportamiento”, explicó Luca Passamonti, de la Universidad de Cambridge, líder del estudio.
Cinco rasgos de la personalidad
La investigación determinó que las diferencias en el grosor de las capas externas del cerebro, la cantidad de pliegues y el volumen general se relacionan con cinco rasgos “concretos” de la personalidad.
1. Neurosis. Relacionado al carácter cambiante de una persona. El nivel de neuroticismo está asociado con enfermedades mentales como ansiedad y depresión.
2. Extroversión. Vinculado al nivel de entusiasmo de una persona.
3. Apertura de mente. Relacionado a la creatividad, curiosidad intelectual y bienestar.
4. Afabilidad. Rasgo que determina la simpatía de un individuo.
5. Meticulosidad. Relacionada a la atención que un individuo le presta al detalle.
Resultados
Según los alcances de la investigación se rescató que los individuos que presentan capas exteriores del cerebro más gruesas, una mayor área y menos pliegues suelen mostrar tendencias más neuróticas. Por su parte, personas con “mente más abierta” poseen capas más delgadas del córtex, menor área y más pliegues.
No es concluyente
Pese a estos resultados, el psiquiatra Hugo Lozada, jefe de la Unidad de Salud Mental del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, resalta el valor complejo de los seres humanos. “Se debe tener en claro que este tipo de estudios son experimentales y que no determinan en un 100% la características de todos los seres humanos”, explica el especialista.
Además, otras diferencias como el género y la edad determinan rasgos diferentes en la personalidad de los individuos. “Es solo una hipótesis de trabajo, como fue en su momento el estudio de la forma de la cara, que lo relacionaba con el sello personal. La neurociencia no ha dado un resultado concluyente”.
Personalidad desde la infancia
El estudio resalta que no es solo una diferencia morfológica la que explica las diferencias en los rasgos de personalidad, sino también nuestra convivencia con nuevas experiencias.
“Las diferencias en los rasgos de personalidad sugieren que casi seguramente habrá un elemento de la genética involucrados. Esto también está en consonancia con la noción de que las diferencias en los rasgos de la personalidad pueden detectarse desde el principio durante el desarrollo, por ejemplo en niños pequeños o bebés", comenta la co-autora del estudio Nicola Toschi.
En ese caso, el doctor Lozada explica que los rasgos más importantes de nuestra personalidad se construyen en los cuatro primeros años de vida. “Pese a esto, las vivencias nos moldean. Eso sí, nuestra esencia jamás cambia. Podemos estar predeterminados a ciertas enfermedades mentales por genética, pero nuestro encuentro con el medio circundante es fundamental”, dice el especialista.
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