Pese que que el uso del dióxido de cloro no cuenta con evidencia científica, el Congreso aprobó de la creación de una comisión para investigar los efectos del dióxido de cloro.
El dióxido de cloro es una solución química de 28% de clorito de sodio en agua destilada y que es usada como blanqueador químico profundo, además de usarse como descontaminador de superficies industriales, similar a la lejía que usamos en casa para la desinfección de espacios. Sin embargo, desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, se alertó que son promovidos, pese a que no cuenta con ningún aval científico e, incluso, puede poner en riesgo la salud de quienes lo tomen.
El doctor Samuel Cosme Ávila, médico intensivista del Hospital Cayetano Heredia y secretario general de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, resalta que el dióxido de cloro no cuenta con evidencia científica, pero que es una sustancia peligrosa “que se usa como una solución mineral milagrosa”.
“En la parte médica no podemos guiarnos en estudios que no tiene validez científica. Entendemos que hay mucha ansiedad de buscar un medicamento contra la COVID-19, pero no debe ser usada porque es peligrosa”, comentó.
Agregó que el 80% de pacientes con COVID-19 son casos asintomáticos o leves que mejoran con Panadol.
“En exceso, el dióxido de cloro puede producir dolores gastrointestinales, diarrea, nauseas, trastornos cardiovasculares como arritmias en el corazón que pueden llevar a un paro cardíaco, trastornos neurológicos”, mencionó.
Señaló además que en cuanto a la medicina natural, nuestro país es rico en ello. Citó el consumo de Sión, como parte de nuestro legado natural, para los pacientes asintomáticos.
¿QUÉ MÁS SABEMOS SOBRE EL DIÓXIDO DE CLORO?
De acuerdo con un informe de la BBC, esta sustancia química es peligrosa ya que entre sus efectos adversos graves- reportados a la FDA- se incluyen insuficiencia respiratoria, insuficiencia hepática aguda, ritmos cardíacos anormales y posiblemente mortales. Otros efectos adversos son la destrucción de los glóbulos rojos , lo que requiere de una transfusión de sangre para curarlo, vómitos y diarrea severa.
El mayor peligro de esta sustancia es que se promociona a través de las redes sociales, lo que podría llevar a la población a ingerirla, poniendo en riesgo su salud.
En Bolivia, por ejemplo, se anunció que se enjuiciará a los promotores de tratamientos de dióxido de cloro como supuesta cura contra el nuevo coronavirus por "atentar a la salud pública". "Los promotores de estos irregulares procedimientos experimentales (no científicos) serán procesados con todo el rigor de la ley por atentar a la salud pública de la población", informó EFE.
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