En 2010, el compuesto fue aprobado en el Reino Unido como tratamiento preventivo para la migraña crónica.
El botox, la toxina botulínica tipo A que se usa para "estirar" las arrugas y las líneas faciales, podría ser un tratamiento beneficioso para pacientes asmáticos, afirman científicos australianos.
La sustancia ayudaría a contrarrestar los espamos musculares que la enfermedad parece provocar en la laringe, así lo sostienen los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Monash, en Melbourne.
"Esta investigación muestran que la mitad de los pacientes que sufren asma severa no sólo presentan problemas en los pulmones, sino también en la laringe", explicó el profesor Phil Bardin, autor del estudio.
Los investigadores también creen que una sola dosis de botox podría ser suficiente para evitar los espasmos y permitir que la laringe recupere su función normal.
Tal como explica el profesor Peter Holmes, quien también participa en la investigación, "ésta es la primera vez que se lleva a cabo en el mundo un enfoque tan novedoso para un problema tan difícil".
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