La organización de sanidad considera imprescindible esta vigilancia dado que numerosos países, entre ellos Europa y EEUU, planean aprobar la vacuna por la vía de urgencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
aconsejó hoy a los países que planean administrar rápidamente la
vacuna contra la gripe AH1N1 a sus poblaciones que lleven a cabo una
vigilancia "intensa" sobre la seguridad y eficacia después de la
inoculación.
La OMS considera imprescindible esta vigilancia dado que numerosos países, entre ellos Europa y EEUU, planean aprobar la vacuna contra este nuevo virus por la vía de urgencia, lo que implica suspender algunos ensayos clínicos, según un documento difundido hoy por el organismo.
En él, advierte de que "algunos efectos secundarios que aparecen raramente en los ensayos clínicos, pueden hacerse más patentes cuando un gran número de personas recibe una vacuna pandémica".
Agrega que "la presión del tiempo significa que los datos clínicos en el momento en que la vacuna pandémica sea administrada serán inevitablemente limitados. Serán necesarios más test sobre la seguridad y la eficacia después de que haya comenzado la administración de la vacuna".
La recomendación de la OMS tiene lugar después de que organismos reguladores como la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) y países como EEUU, así como numerosos laboratorios, planeen desarrollar y administrar la vacuna desde septiembre, antes de la llega del invierno en el Hemisferio Norte, lo que implicaría reducir el proceso de pruebas y ensayos clínicos.
La OMS calculaba hasta ahora que una vacuna contra este nuevo virus pandémico no estaría lista hasta al menos noviembre si debía pasar todos los ensayos clínicos de rigor.
En su documento, la OMS detalla los pros y los contras de acelerar la aprobación de esta vacuna, que algunos países de Europa planean administrar de forma masiva o a gran parte de sus poblaciones.
Por un lado, recuerda que durante las pandemias de 1957 y 1968, las vacunas llegaron demasiado tarde para ser empleadas como un medio efectivo de mitigación durante las fases más graves, y en la de 1918, cuando no hubo vacunas, murieron unos 50 millones de personas.
Por ello, la OMS señala que desde 2007 ha trabajado con las agencias reguladoras, responsables sanitarios y productores de vacunas pandémicas para buscar formas de acortar el tiempo entre la aparición del virus y la producción de una vacuna "segura y efectiva".
Y explica algunos de los procedimientos empleados para ello "que pueden acelerar mucho la aprobación de la vacuna".
Sin embargo, advierte de que "asuntos relacionados con la seguridad surgirán inevitablemente durante una pandemia cuando la vacuna se administra a gran escala".
Por un lado, la OMS considera que las campañas de vacunación masivas tienen "la parte positiva de que pueden generar datos significativos sobre seguridad en pocas semanas".
Pero subraya que "será vital que se compartan a nivel internacional los datos de vigilancia posteriores al inicio de las campañas, para poder evaluar la relación riesgo-beneficio y determinar si se necesitan cambios en la política de vacunación". EFE
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