El popular intérprete, cuya fama explotó en la década de 1960, murió a los 64 años por una serie de complicaciones que le originó su tabaquismo.
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Pocos artistas tuvieron el mismo éxito al interpretar géneros musicales tan variados como rock and roll y baladas románticas. Uno de ellos fue Roberto Sánchez, conocido en el escenario artístico como Sandro de América, un cantautor proveniente de familia de clase social baja que tuvo una vida tumultuosa acechada siempre por el tabaquismo.
Desde que abandonó el colegio desde los 13 años intentó acoplar su actividad de canto con su trabajo como repartidor de vinos y carnes. En ese entonces su ídolo a seguir era el ícono del rock and roll, Elvis Presley. Justo dicha imitación en 1964 le sirve de trampolín para que el público lo conozca mediante televisión nacional.
Luego de ello, cambia su estilo radicalmente desde el ritmo anglosajón hacia las baladas románticas, lo que lo volvió un ídolo. Sin embargo, en medio de todo ese triunfo su adicción a la nicotina dañó su carrera, dijo el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta en el programa La Rotativa del Aire.
Sandro de América, el ídolo continental, dijo que fumaba hasta 80 cigarrillos al día. Como no sentía algún daño en su voz, ignoro su efecto dañino.
Su tabaquismo le originó un severo enfisema pulmonar, causado por el consumo del cigarrillo. El diagnóstico se dio en 1998, cuando tenía 53 años. Este mal destruye la capacidad elástica del pulmón y lo mantiene permanentemente inflado. Produce la falta de aire e insuficiencia respiratoria. Después de eso, su cuerpo soportó solo dos conciertos más, explicó Huerta.
En el 2000 su actividad física se deterioró gravemente. Solo se movilizaba de su cama hasta el comedor. Los trasplantes de corazón y pulmones eran una alternativa para su mejora y los recibió de un joven de 22 años. Sin embargo, su recuperación fue complicada: un pulmón no lograba inflarse por causa de una bacteria que Sandro ya tenía antes de la operación quirúrgica.
La infección pulmonar no se pudo detener y se convirtió en una septicemia, lo cual causó su muerte a los 64 años. Eso convirtió a Sandro, el cantante continental, en una de las 100 millones de víctimas mortales del cigarrillo.
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