Según los resultados del estudio, los hombres solteros, divorciados o viudos sufrieron entre un 58 y un 66 por ciento más infartos que las personas casadas de todas las edades.
Estar casado, siempre que se conviva con el cónyuge, o vivir en pareja es un factor que reduce el riesgo de sufrir infartos de miocardio en hombres y mujeres de todas las edades, según un estudio realizado en Finlandia y publicado hoy en la Revista Europea de Cardiología Preventiva.
De acuerdo con este estudio, que analizó los datos de ciudadanos mayores de 35 años de cuatro regiones finlandesas entre 1993 y 2002, vivir en pareja está asociado con "un pronóstico considerablemente mejor en eventos cardíacos agudos", sobre todo en matrimonios de mediana edad.
Para realizar la investigación, el equipo dirigido por la doctora Aino Lammintausta, del Hospital Universitario de Turku (suroeste de Finlandia), cruzó los datos de las 15.330 personas que sufrieron un síndrome coronario agudo durante ese tiempo en las zonas estudiadas con la base de datos poblacional.
De todos los infartos registrados, poco más de la mitad (7.703 casos) provocaron el fallecimiento de los enfermos en los 28 días posteriores al ataque.
Según los resultados del estudio, los hombres solteros, divorciados o viudos sufrieron entre un 58 y un 66 por ciento más infartos que las personas casadas de todas las edades, mientras que entre las mujeres no casadas la cifra fue entre un 60 y un 65 por ciento más elevada.
Los autores del estudio apuntan varias posibilidades a la hora de explicar por qué las personas solteras son más susceptibles de sufrir infartos y su tasa de mortalidad es mayor, aunque aclaran que sería necesario investigar las causas en mayor profundidad.
"Las diferencias en el pronóstico no pueden ser explicadas totalmente por las diferencias en el tiempo que se tarda en buscar asistencia médica o en el acceso a la trombólisis o la revascularización", sostienen.
En su opinión, concurren además motivos socio-demográficos, y apuntan a la posibilidad de que las personas casadas tengan mejores hábitos de salud y disfruten de un mayor nivel de apoyo social que los solteros, lo cual influiría positivamente en su estado de salud general.
"Tampoco podemos excluir la posibilidad de que las personas con un mal estado de salud puedan ser más propensas a permanecer solteras o a divorciarse", afirman los investigadores.
A la hora de explicar por qué las personas que viven en pareja tienen más probabilidades de sobrevivir a un ataque cardíaco que quienes viven solos, los autores señalan una razón obvia: en general reciben asistencia médica más temprano porque tienen quien avise a los servicios de emergencias.
EFE
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