La Selección Peruana jugó cuatro partidos en este 2020. Y aunque ningún resultado fue bueno, también hubo cosas por destacar. En esta nota, un balance del año de la bicolor.
El 2020 fue un año atípico. Uno en el que, por temas de salud y de manera inédita, se suspendió el deporte a nivel mundial. Los torneos nacionales se detuvieron, la Copa América Colombia-Argentina se postergó y Tokio 2020 no se llevó a cabo. Por supuesto, las Eliminatorias a Qatar 2022 no fueron la excepción. De hecho, la primera fecha doble fue aplazada siete meses, de marzo a octubre.
Pese a la prolongada pausa, se encontró la manera de retomar las actividades. Así, la Selección Peruana reapareció en una cancha luego de casi 11 meses. Lo hizo ante Paraguay, el 8 de octubre, y frente a Brasil, cinco días después, por la primera fecha doble de las clasificatorias al Mundial. Ya en noviembre enfrentó a Chile y Argentina, por la tercera y cuarta jornada, respectivamente. Este es el balance del año de la blanquirroja.
Lo bueno
Se jugó. Y empezamos por eso porque la salud estuvo siempre en primer plano y, en algún momento, se evaluó postergar las eliminatorias al próximo año. Las altas cifras de contagio en Sudamérica hacían pensar que no era descabellado imaginar un 2020 sin ver en la cancha al equipo de Ricardo Gareca. Por eso, en primer lugar, lo positivo es que se encontró la manera de arrancar el camino rumbo a Qatar y, sobre todo, que se llevó a cabo de la mejor manera. Con algunos contagios puntuales, sí, pero ninguno de forma masiva ni sumamente perjudicial.
Hubo más aspectos por destacar. Por ejemplo, el hecho de que Gianluca Lapadula se comunique con el ‘Tigre’ para expresarle su deseo de vestir la bicolor. El delantero de la Serie A hizo un trámite exprés y consiguió de manera muy veloz los documentos necesarios para viajar por primera vez al país natal de su madre y representar a sus colores, dejando muy buenas impresiones y expectativas de cara al futuro. Con su inclusión, la Selección suma a tres jugadores en las mejores ligas: él en Italia, Miguel Trauco en Francia y Renato Tapia en España (llegó al Celta de Vigo en julio tras más de siete años en Holanda).
Pero Lapadula no fue el único nombre nuevo en la Videna. El universo de Ricardo Gareca se amplió con un microciclo que les permitió, a algunos jugadores del medio local, entrar en el radar del DT. Se sumaron a la selección jugadores como Alex Valera, Aldair Rodríguez, David Dioses, Matías Succar y Renato Solís, entre otros.
Lo malo
Los resultados, en primer lugar. En los cuatro partidos disputados, la bicolor no pudo ganar. Es más, de los 12 puntos en juego, solamente sumó uno (2-2 ante Paraguay). Los otros tres encuentros los perdió: 2-4 ante Brasil en Lima, 2-0 frente a Chile de visita y 0-2 contra Argentina en casa. Al cierre del año, la ‘sele’, se ubica en el penúltimo lugar de la tabla, solo por encima de Bolivia, por diferencia de goles.
Sin embargo, más allá del marcador final, el desempeño tampoco fue el esperado. Salvo ante Brasil, el nivel colectivo e individual de los dirigidos por Ricardo Gareca estuvo muy lejos del mostrado en otras ocasiones. Incluso, las decisiones técnicas, a diferencia de otras veces, no tuvieron los resultados esperados. El ‘Tigre’, en la última fecha, lució desencajado. Y por su mente –según deslizó Juan Carlos Oblitas días después- pasó la idea de dar un paso al costado, aunque finalmente desistió.
Raúl Ruidíaz tuvo nuevamente la confianza del entrenador argentino, pero no pudo retribuirla con goles. Es más, desaprovechó oportunidades claves -especialmente ante Chile- y, frente a Argentina, perdió el titularato. Lapadula entró al '11' en su lugar.
No podemos dejar de mencionar la expulsión de Carlos Zambrano ante Brasil, tras un codazo a Richarlison, que le significó tres fechas de suspensión y el disgusto del DT de Perú. El zaguero, tras una irresponsable acción (que ya se le había perdonado frente a Paraguay), se perdió la segunda fecha doble, y será baja también en la visita a Bolivia.
Pero los errores no solo fueron propios, sino también externos. El arbitraje de Julio Bascuñán, al igual que el trabajo de quienes integraban el VAR durante el Perú vs. Brasil, fue perjudicial para los intereses de la blanqujirroja, y justamente criticado a nivel internacional. El día del encuentro, decidieron ser los últimos en retirarse del estadio: lo hicieron en toque de queda y totalmente resguardados.
Lo feo
No por ser necesaria, fue agradable. La ausencia de hinchas en los estadios le dio un aire triste a las Eliminatorias. La COVID-19 obligó a restringir la presencia de público, por lo que no hubo aliento desde las tribunas, sino desde la casa, y, aunque es lo que la coyuntura obligaba, no fue lo mismo. El empuje de la ‘12’ suele jugar también y, en el arranque rumbo a Qatar, vaya que se extrañó. Si bien en un inicio se pensó escuchar grabaciones de barras, los jugadores de la Selección prefirieron el silencio para poder concentrarse y escucharse tanto entre ellos como al entrenador. Y es un punto que, quizá, podríamos destacar: el silencio permitió que, en casa, por medio de las transmisiones, el hincha pueda escuchar las indicaciones. Pero, claro, nada se compara con la alegría del aliento que baja de las gradas a la cancha.
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