Por muy bueno que sea tu nuevo trabajo, entrega el puesto sin olvidar algún asunto que pueda generar un problema más adelante.
Renunciar a un empleo es un tema complicado, más aún cuando en apariencia las cosas están bien. Según el portal web Trabajando.com, la posibilidad de una mejora económica y nuevos desafíos, son los motivos principales que llevan a una persona a cambiar de compañía.
“Es importarte dejar una buena impresión en la empresa de la que te estás despidiendo. En la mayoría de procesos de selección piden referencias de las empresas en donde has trabajado y cualquier conflicto te podría cerrar varias puertas”, menciona Ernesto Velarde, gerente general de Trabajando.com.
En ese sentido, el ejecutivo da algunos consejos para renunciar con diplomacia, evitando consecuencias que puedas lamentar más adelante:
Busca el momento oportuno. Tu renuncia significa que la empresa perderá un elemento importante del equipo. Por eso, debes buscar el mejor momento para conversar con tu jefe de manera inteligente.
Agradece por lo aprendido. Es muy importante que dejes tu trabajo dando las gracias, independientemente de los malos momentos que pudiste haber pasado. El paso por un empleo siempre te dejará algo útil.
Notifícalo con anticipación. Si renuncias inesperadamente puedes perjudicar tu imagen. Lo ideal es que lo notifiques con un mínimo de dos semanas para darle tiempo a la empresa de encontrarte un reemplazo.
Sé reservado. No comentes con tus compañeros que te vas a ir sin comunicárselo antes a tu jefe.
Prepárate para una posible contraoferta. Debes prepararte para evaluar esta situación. Es importante que tomes en cuenta aspectos como flexibilidad de horarios, buen clima, tiempos de traslado, entre otros. Si lo necesitas, pide un tiempo para pensarlo, nunca tomes una decisión apresurada.
Comparte esta noticia