Por distintas razones, toda tarea que pueda ser postergada será inevitablemente postergada por quienes aman procrastinar.
La confianza en que no necesitamos tanto tiempo del que nos dan para realizar una tarea, el simple hecho de esperar un momento de inspiración para hacerla o la falta de voluntad para comenzarla, son algunos de los factores que llevan a estudiantes y trabajadores a postergarlo todo. Como resultado de esta acción, a medida que la fecha de entrega se acerca comienza a crecer en la persona un sentimiento de frustración. La idea de que con más tiempo la tarea podría haberse organizado mejor es habitual en estos casos.
Esta práctica genera trabajos en condiciones ampliamente mejorables, tareas mal realizadas y trabajadores estresados sin ninguna necesidad. La Universidad de Harvard propone seis claves para dejar de procrastinar:
Piensa en las consecuencias. Ser consciente de lo que pasa cuando dejas todo para último momento te ayudará a dejar de hacerlo. La posibilidad de perder un examen, reprobar un curso, disgustar a tu jefe o hacer que tu empresa pierda un cliente debería ser suficiente para que aproveches el tiempo en realizar tus tareas de la mejor forma posible.
Cree que puedes empezar ahora mismo. Creer en ti y en tus propias capacidades es vital para que encares las tareas apenas las recibes en lugar de archivarlas por un tiempo. Debes pensar que cuanto más demores en iniciarlas peor te verás ante tus compañeros y ante tus superiores. Si tú no crees en tus capacidades ellos tampoco lo harán.
Descubre lo que te retrasa. Es una buena idea preguntarte qué es lo que te está retrasando para que decidas no iniciar la acción que te solicitan. Reconocer por qué te demoras podrá ayudarte a cambiar este hábito.
Une lo que no te gusta con lo que sí. ¿No te agrada la idea de comenzar esta tarea? Puedes iniciarla acompañada de algo que te gusta, por ejemplo, escuchando música o tomando un café. También puedes generar un ambiente que te resulte agradable para que la sensación de estar haciendo algo que no te agrada del todo disminuya.
Minimiza el problema. Si te parece que te enfrentas a una tarea muy compleja te costará más iniciarla, por eso es necesario minimizar el problema. No debes subestimarlo, sino tomarlo por lo que es: una tarea que te asignaron porque saben que puedes cumplirla.
Consigue un compañero. Está demostrado que los equipos se organizan de mejor modo a la hora de realizar tareas. Compartir tus tareas con otra persona te hará dejar de dilatar lo inevitable. Esto no quiere decir que busques a alguien que te ayude a hacer lo que te encargaron. Puedes simplemente encontrar un compañero a quien comentarle tus tareas y esperar que él comente las suyas, así te sentirás más presionado a ponerte en marcha. Comparar es una gran herramienta para dejar de procrastinar, pues crea la idea de que otros avanzan en sus responsabilidades mientras nosotros nos estancamos.
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